Activistas de Rusia se pronunciaron en contra de la detención de su compatriota, el multimillonario Pavel Durov, fundador de la aplicación de mensajería instantánea Telegram, la cual, afirmaron, es un acto político por parte de las autoridades francesas.
Durov fue arrestado el pasado sábado tras aterrizar en su jet privado en el aeropuerto de Le Bourget, a las afueras de París, lo que ha desatado una ola de críticas por parte de altos funcionarios rusos, quienes lo consideran un "detenido político".
Aunque los detalles precisos sobre las acusaciones contra Durov siguen siendo inciertos, medios franceses han informado que la orden de arresto está relacionada con la falta de moderación en Telegram y su posible uso en actividades delictivas, como el lavado de dinero, el tráfico de drogas y la difusión de contenido de abuso sexual infantil.
Sin embargo, desde Rusia, la narrativa es otra. Maria Butina, exagente rusa que cumplió 15 meses en prisión en Estados Unidos, afirmó que Durov es víctima de una "caza de brujas" por parte de Occidente y que su arresto es un ataque directo a la libertad de expresión.
"Pavel Durov es un prisionero político, una víctima de la caza de brujas occidental", declaró Butina. "El arresto de Durov significa que no hay libertad de expresión en Europa, significa que la libertad de expresión en Europa está muerta".
Estas declaraciones reflejan una visión cada vez más extendida entre los círculos políticos rusos de que las acciones legales contra Durov son parte de un intento más amplio de Occidente por controlar Telegram y limitar su influencia.
Durov, quien abandonó Rusia en 2014 tras negarse a cerrar grupos opositores en su anterior plataforma VK y rechazar entregar datos de manifestantes ucranianos a las autoridades, se ha establecido desde entonces en Dubái, obteniendo la ciudadanía francesa en 2021.
A pesar de esto, el Kremlin ha denunciado que Francia se ha negado a cooperar con Rusia en el caso, impidiendo el acceso consular a Durov y evitando cualquier forma de diálogo.
El arresto de Durov se produce en un momento en que Telegram ha crecido hasta convertirse en un actor importante en la difusión de información y desinformación, especialmente en relación con la invasión rusa de Ucrania. Con más de 950 millones de usuarios activos mensuales, la plataforma ha sido acusada de albergar contenido extremista y conspirativo, lo que ha llevado a gobiernos occidentales a aumentar la presión para que se modere su contenido.
Sin embargo, en Dubái, donde la aplicación tiene su sede, Telegram enfrenta pocas restricciones, lo que ha permitido a la plataforma mantener su postura de neutralidad y resistencia a la censura.
Con información de SkyNews y The Guardian.
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