Los ministros de Energía y Medio Ambiente de los países G-7 pactaron nuevos compromisos climáticos, plan que rechazaron activistas ya que los funcionarios evitaron fijar plazos más cortos en metas previstas para las próximas dos décadas.
Tras un encuentro en Japón, los enviados de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña e Italia, así como el anfitrión, destacaron que siguen dando pasos firmes en la materia al anunciar la reducción de emisiones contaminantes de CO2 al menos 50 por ciento de sus gobiernos, una transición de energías renovables completa y la promesa repetitiva de abandonar los combustibles fósiles.
Pero a los activistas no los convence este presunto ajuste, pues los secretarios de la reunión que concluyó ayer no establecieron un calendario fijo para cumplir esas metas, con lo que evaden la responsabilidad que exigen organismos internacionales para revertir la situación actual que amenaza con agravar el calentamiento global.
Y es que promesas con metas para 2040 o 2050 no cumplen con las demandas de expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por el contrario parecen un desaire, pese a que hace un mes recalcaron la necesidad de implementar de manera urgente acciones en conjunto y más firmes, antes de que sea demasiado tarde, pues ya no tendrán el efecto deseado.
Por ello, el ministro de Medio Ambiente nipón, Akihiro Mishimura, intentó rebajar las críticas al puntualizar que sí hay fechas específicas como lograr la meta de cero emisiones a más tardar dos décadas, sin abundar en un plan gradual durante los próximos 27 años.
Mientras que otros participantes dijeron que el próximo mes se reunirán los mandatarios de las naciones del G-7 lo que permitirá poner en marcha planes más específicos, evidenciando que este fin de semana hubo las mismas promesas que en el pasado como disminuir al menos 50 por ciento las emisiones de todos los vehículos y acabar con la contaminación de plásticos.
Y ante las críticas, varios líderes insistieron que sí habrá avances en la materia, como exigen activistas y población en general, y los compromisos actuales se reforzarán en las cumbres previstas para fin de año, pues en septiembre está prevista la del G-20 y dos meses después la COP-28.
Por separado, los secretarios de Exteriores charlaron sobre temas internacionales como acciones conjuntas para evitar nuevas escaladas en torno a la guerra en Rusia y otros conflictos como la intimidación de China a Taiwán y las recientes pruebas balísticas de Corea del Norte, régimen que presumió que ya cuenta con un misil “nuevo en su tipo”. Asimismo, se reportó que hablaron de temas comerciales y de finanzas.