La abogada Jenna Ellis pactó su culpabilidad por cargos ligados al intento del expresidente estadounidense Donald Trump de interferir en la elección de 2020, con lo que la fiscal de Georgia, Fani Willis, suma cuatro testigos clave contra el aspirante presidencial, quienes prefirieron negociar que ir a prisión.
Según el testimonio de quien fue parte del círculo cercano del magnate durante su campaña electoral elaboró declaraciones y documentos falsos para sustentar las supuestas irregularidades detectadas en condados de esa entidad, con lo que confirmó su complicidad en la presunta organización criminal de 19 integrantes para anular la derrota electoral a cambio de una pena menor de seis años de libertad condicional y horas de trabajo comunitario.
Ante el juez Scott McAfee y entre lágrimas la conservadora de 38 años explicó que su error fue no verificar la certeza de la información ante un ritmo frenético en busca de apoyar a su candidato, pero en un claro intento de eludir su responsabilidad aseguró que si hubiera conocido la realidad probablemente no hubiera defendido a Trump.
Añadió que confió en personas más experimentadas, aunque no dio nombres para saber si entre ellos están otros imputados. Con esa conducta intentó minimizar su culpa, pese a que también fue acusada por obstruir la certificación de Joe Biden y solicitar a un funcionario violar sus funciones para lograr que el entonces Ejecutivo se quedara cuatro años más en la Casa Blanca.
Con ello se amplía la lista de los testigos de la parte acusadora, pues Ellis siguió la ruta de Sidney Powell y Kenneth Chesebro, quienes se declararon culpables, evidenciando las consecuencias de su conducta ilegal y el riesgo de terminar en la cárcel.
Y destaca que con estas acciones la Fiscalía suma pruebas para ajustar la estrategia contra Trump, pues todos aquellos que admitieron su culpa aceptaron disculparse públicamente de los delitos, lo que supone un tropiezo para la defensa del magnate, aunque se cree que ésta los denostará por actuar individualmente y en favor de sus propios intereses.
Ese mismo día el magnate y favorito de la nominación republicana sumó otro revés cuando su exabogado Michael Cohen, con quien rompió en 2018, admitió bajo juramento ilegalidades del exmandatario en el caso de fraude que hay en su contra en Nueva York.
En un testimonio que Trump escuchó en el tribunal estatal, Cohen afirmó que la Organización del mismo nombre infló el valor de sus propiedades, como sostiene la fiscal Letitia James, pues él mismo ordenaba qué cifras poner en la comunicación al solicitarle directamente una “ingeniería inversa” para lograr más beneficios, ante lo que el magnate sólo cruzó los brazos y se reclinó sobre su silla, según agencias.
Incluso, detalló que existía un grupo asignado específicamente para los acuerdos con las aseguradoras, pues los elegidos ya sabían cómo operaba la firma, que ahora está en grave riesgo. Pero el expresidente rechazó sus declaraciones y lo tachó de “mentiroso” y “delincuente” ante la prensa que lo esperaba afuera del recinto.