La cifra de muertos por los terremotos del lunes pasado en Turquía y Siria alcanzó ayer las 33 mil 185 personas y más de 92 mil 600 heridos. Mientras los rescatistas seguían sacando a unos pocos afortunados con vida de entre los escombros, las autoridades turcas detuvieron o emitieron órdenes de arresto contra unas 130 personas supuestamente implicadas en la construcción de edificios que se derrumbaron y sepultaron a sus ocupantes.
El Ministerio de Justicia de Turquía anunció el establecimiento de oficinas de investigación de delitos relacionados con terremotos para identificar a los contratistas y otros responsables de las obras de construcción. Indicó que reunirá pruebas, instruirá a expertos, incluidos arquitectos, geólogos e ingenieros, y comprobará los permisos de construcción y los permisos de ocupación.
El ministro de Justicia turco, Bekir Bozdag, indicó que 134 personas están siendo investigadas por su posible responsabilidad en la construcción de los edificios. Añadió que tres han sido arrestadas para su juicio, siete fueron detenidas y a otras siete se les prohibió salir del país.
Entre los que enfrentan el escrutinio se encuentran dos personas arrestadas en la provincia de Gaziantep bajo sospecha de derribar columnas para hacer espacio adicional en un edificio que se derrumbó, dijo la agencia estatal Anadolu en información recogida por la agencia AP.
Asimismo, dos contratistas responsables de la destrucción de edificios en Adiyaman fueron arrestados ayer en el aeropuerto de Estambul cuando intentaban salir del país, informaron la agencia de noticias privada DHA y otros medios. Otro contratista fue detenido el viernes pasado también en el aeropuerto de Estambul, antes de que pudiera salir del país. Construyó un edificio de lujo de 12 pisos llamado Ronesans Rezidans en Antakya, y cuando cayó, mató a un número incalculable de personas. Fue arrestado formalmente el sábado.
Según los programas que permitían a los propietarios de edificios pagar multas en lugar de cumplir con el código, la agencia gubernamental responsable de la aplicación reconoció en 2019 que más de la mitad de todos los edificios en Turquía, que representan unos 13 millones de apartamentos, no cumplían.
Las detenciones podrían ayudar a dirigir la ira del público hacia los constructores y contratistas, desviándola de los funcionarios locales y estatales que permitieron que continuara la construcción aparentemente deficiente. El gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan, ya agobiado por una recesión económica y una alta inflación, se enfrenta a elecciones parlamentarias y presidenciales en mayo.
De acuerdo con expertos en ingeniería consultados por la BBC, muchos de los edificios nuevos que estaban siendo construidos en Turquía no cumplían con las medidas de seguridad requeridas, por lo que culpan de la tragedia a la corrupción endémica en el país y a las políticas gubernamentales.
Estas políticas habrían permitido las llamadas amnistías para los contratistas, quienes se desviaron de las normas de construcción con la finalidad de fomentar el auge inmobiliario, aun en regiones proclives a terremotos.
Según el recuento oficial, más de 12 mil edificios quedaron destruidos o dañados por el terremoto en Turquía. De acuerdo con declaraciones del Presidente de la Fundación de Terremotos del país otomano la AFP, Mustafa Erdik, y teniendo en cuenta la intensidad del sismo (7.8), se podían temer daños, pero no lo observado hasta ahora.
Por su parte, los rescatistas informaron haber encontrado más sobrevivientes en medio de probabilidades cada vez más bajas. Se utilizaron cámaras térmicas cuando los equipos exigieron silencio para escuchar a los atrapados.
Retroexcavadoras y excavadoras prepararon un gran cementerio en las afueras de Antakya mientras camiones y ambulancias traían un flujo constante de bolsas negras para cadáveres. Cientos de tumbas fueron marcadas con sencillos tablones de madera.
El aeropuerto de Hatay reabrió ayer después de que se reparó su pista, y aviones militares y comerciales transportaron suministros y se llevarán a los evacuados.
El presidente Erdogan reconoció que la respuesta inicial se vio obstaculizada por el daño, con el área más afectada de 500 kilómetros de diámetro y hogar de 13.5 millones. Durante una gira el sábado, Erdogan dijo que tal tragedia era rara y se refirió a ella como el “desastre del siglo” en múltiples discursos.
La organización empresarial no gubernamental TURKONFED estimó los daños del terremoto en 84 mil 100 millones de dólares, según las estadísticas del devastador terremoto de 1999 en el noroeste de Turquía, incluidos 70 mil 100 millones de dólares en viviendas y 10 mil 400 millones en el Producto Interno Bruto.
El sábado pasado, un grupo de brigadistas alemanes y el ejército austriaco detuvieron sus operaciones de búsqueda debido a los enfrentamientos entre grupos no identificados en la provincia de Hatay.
Se prevé que la seguridad empeore a medida que disminuyan los suministros de alimentos. “La agresión crece entre facciones en Turquía”, afirmó a la BBC el teniente coronel austriaco Pierre Kugelweis.
Los servicios de seguridad informaron que al menos 48 personas fueron arrestadas por saqueos en ocho provincias afectadas. Al momento de su detención llevaban dinero, celulares, computadoras, armas, joyas y tarjetas bancarias.
Los saqueos no se han limitado a los supermercados, sino que ya han afectado tiendas de teléfonos, de computadoras y de ropa. Ante esta situación, el gobierno otomano emitió un decreto que permite que los fiscales mantengan detenidos a los sospechosos de saqueo durante siete días y no cuatro.
El número de muertos por el terremoto en la región controlada por los rebeldes en Siria llegó a dos mil 166, según el grupo de rescate Cascos Blancos. El número total de muertes se situó en tres mil 553 el sábado, aunque las mil 387 muertes reportadas para las partes del país controladas por el gobierno no se han actualizado en días. El número de muertos en Turquía era de 29 mil 605 hasta ayer.