Tropas ucranianas reforzaron su contraofensiva al duplicar el territorio recuperado mientras repliegan a los invasores, que insisten en atacar la infraestructura eléctrica por segundo día consecutivo.
A sólo 24 horas de que el gobierno de Volodimir Zelenski resaltara que le arrebataron a los rusos tres mil kilómetros cuadrados de ciudades en Járkov, cerca de la frontera, las Fuerzas Armadas ucranianas confirmaron que ya es de seis mil el espacio en el que se reinstalaron.
El mandatario aplaudió el avance de sus soldados al reconocer el esfuerzo de éstos y de la población tras más de 200 días de bombardeos, momento que aprovechó para instar, nuevamente, a sus aliados a aumentar el apoyo, pues dijo que, aunque siguen recibiendo equipo militar, la respuesta hacia el “Estado terrorista” es insuficiente.
La viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Maliar, precisó que en los últimos días suman “casi seis mil kilómetros (cuadrados)” recuperados, lo que demuestra que el cambio da resultados y los expulsaron de 20 localidades más.
Sin embargo, abundó en redes sociales que los enemigos se reubicaron en Donetsk, zona de control de los del Kremlin, pues fue uno de los primeros objetivos del presidente ruso, Vladimir Putin, en su supuesta operación de desnazificación. Y líderes rusos prevén una reagrupación en Donbás.
Creemos en ustedes, en los que han estado haciendo su trabajo, jugándose la vida, defendiendo a su paísVolodimir Zelenski, Presidente de Ucrania
durante todos estos 200 días...
Al respecto, el mayor general del Ejército, Dmitro Marchenko, aseveró que 10 de las zonas recuperadas son del sur, lo que representa que se adentraron unos 12 kilómetros hacia las costas, con miras a restablecer bases ahí y echar a los soldados rusos de Jerson y Mikolaiv, zonas estratégicas por su cercanía con Crimea —territorio que Moscú se anexó en 2014—.
Añadió que dichos avances evidencian el debilitamiento ruso, sector que se abrió a negociar un cese el fuego, aunque no se confirmó si hubo un acuerdo. Incluso, un vocero militar adelantó que muchos enemigos se han rendido al admitir que su situación es muy desalentadora.
Incluso, las fuerzas de Zelenski agregaron que han destruido equipo militar del invasor, mientras que desde el Kremlin advierten que los defensores podrían aprovechar que dejaron armamento para hacerse de éste, pues al retornar hacia la frontera dejaron arsenales, morteros, tanques de batalla y demás suministros que podrían aprovechar los locales; aunque los defensores inspeccionan las zonas para desactivar minas terrestres u otros artefactos de riesgo.
Sin embargo, líderes rusos desmintieron los supuestos avances al afirmar que sus militares tienen el control de Jerson y zonas vecinas; aunque algunos líderes han admitido el revés sufrido en Járkov.
Pese a estos avances, la Fiscalía ucraniana reportó nuevos hallazgos de crímenes de guerra, tras localizar los cuerpos de al menos cuatro civiles en Zaliznichne con evidentes signos de tortura, lo que recuerda las denuncias de atrocidades cometidas en Bucha. Tres de las víctimas ejecutadas fueron sepultadas en un terreno privado, cerca de una estación ferroviaria, según la indagatoria.
En tanto, la lucha de los rusos no se concentra sólo en Ucrania, pues tras 200 días de guerra sin resultados concretos surgen las diferencias internas y un grupo de concejales exigió la renuncia de Putin, a quien responsabilizan de daños a la seguridad nacional y de traición.
Más de 30 funcionarios de Moscú y San Petersburgo, dos de las ciudades más importantes del país, se unieron para solicitar al líder del Kremlin que dimita al afirmar que la operación militar “perjudica a Rusia y a sus ciudadanos”; incluso, recriminaron que se engañó a sus militares para retornar a la frontera, abandonando equipo que Ucrania podría usar en su contra.
Asimismo, líderes y blogueros que siguen de cerca esta operación militar exigieron a las fuerzas de Putin tomar acción para evitar la recuperación que Ucrania presume desde el fin de semana.
Pese a las críticas, hasta el cierre de esta edición no hubo una respuesta del Kremlin o alguna posible sanción contra quienes impulsan la salida de Putin tras más de 10 años en el poder.
En torno a los nuevos bombardeos en plantas eléctricas, el líder de Járkov, Igor Terekhov, acusó que “la situación se está repitiendo”, pues los ocupantes han dejado sin electricidad y sin agua a la región.
Por separado, Zelenski insistió que dichas acciones son parte de la estrategia de “terror energético”, hecho que afecta no sólo a Ucrania sino a países de Europa que han externado su apoyo a las fuerzas defensoras.
Y denunció que hay señales de desesperación de los enemigos, por ello atacan de manera deliberada infraestructura esencial, para desestabilizarlos, aunque los rusos han justificado en el pasado que sus únicos blancos son bases militares en las que almacenen armas y municiones donadas por gobiernos extranjeros.
