La guardia costera griega defendió su respuesta al naufragio de un barco con cientos de migrantes frente a costas del país, ante la ola de críticas a la Unión Europea por su incapacidad para elaborar una política general de migración y asilo.
Lanchas patrulleras y un helicóptero recorrieron por tercer día la zona del Mediterráneo donde un barco pesquero atestado naufragó el miércoles por la madrugada, luego de que la guardia costera informó que la operación de búsqueda y rescate se extenderá más allá de las habituales 72 horas. Los rescatistas recogieron a 104 sobrevivientes en el agua y recuperaron 78 cadáveres, pero no han encontrado más desde el día del accidente.
La magnitud del desastre ha incrementado la presión tanto sobre el gobierno griego como la Unión Europea. Las agencias de migración y refugiados de la ONU afirmaron en un comunicado conjunto que la búsqueda oportuna y el rescate son “un imperativo legal y humanitario”, y reclamaron “medidas urgentes y decisivas para prevenir más muertes en el mar”.
La crítica del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, fue más dura: “Digámoslo claramente. Este no es un problema griego. Este es un problema europeo. Me parece que es hora de que Europa defina, solidariamente, una política de migración efectiva para que esta clase de situaciones no se repita”.
“El gobierno griego tenía responsabilidades concretas con cada pasajero en la nave, que evidentemente estaba en dificultades. Esta es una tragedia de magnitud incalculable, tanto más por cuanto era totalmente evitable”, dijo, a su vez, Adriana Tidona, de Amnistía Internacional.
El papa Francisco exhortó a los gobiernos europeos a esforzarse más para proteger a las personas que arriesgan su vida en en busca de una mejor.
La comisión ejecutiva de la UE señala que el bloque de 27 naciones está cerca de un acuerdo sobre cómo los países miembros pueden compartir la responsabilidad en la atención a los migrantes y refugiados que llegan por el Mediterráneo.