Amenaza del temido golpe de Estado

Guatemala: Tensión y caos por toma de posesión de Arévalo

Tirantez entre partidos provoca larga espera; mandatarios invitados ya no atestiguaron investidura del nuevo presidente de izquierda

Bernardo Arévalo jura como Ejecutivo centroamericano, ayer.
Bernardo Arévalo jura como Ejecutivo centroamericano, ayer. Foto: Especial

Pese a la amenaza del temido golpe de Estado y múltiples bloqueos, Bernardo Arévalo asumió la presidencia de Guatemala en un acto que arrancó cinco minutos antes de la medianoche, límite previsto por la Constitución.

Tras casi ocho horas de retraso, el de Movimiento Semilla y su vicepresidenta, Karin Herrera, ingresaron al Centro Cultural Miguel Ángel Asturias al grito de “viva, viva, viva”.

Y pasada la medianoche el socialdemócrata juró al cargo para el periodo 2024-2028, acto que desairó el líder saliente, Alejandro Giammattei, al enviar a su número dos, Guillermo Castillo, a la ceremonia y entregar casi dos horas antes de la asunción los símbolos patrios al reconocer un riesgo de que la transición no se llevara a cabo.

Respaldado por su fuerza y acompañado de su esposa Lucrecia Peinado, el izquierdista ratificó su compromiso de velar por la patria tras acusar al Congreso de “vulnerar la democracia con ilegalidades, nimiedades y abusos de poder”, según un mensaje en redes sociales. Y poco después se tenía previsto que se dirigiera al pueblo para dar su primer mensaje como Ejecutivo.

Simpatizantes del líder chocan con policías.
Simpatizantes del líder chocan con policías.

Minutos después siguió sus pasos la vicepresidenta al rendir protesta entre aplausos de invitados luego de repetidas declaraciones de que “ya casi” concretarían la transición, pues no perdió el ánimo mostrado en su cuenta de X, pese a las demoras que amenazaron con impedir la transición democrática y los principios de alternabilidad.

El caos de ayer inició con la Sesión Solemne ante denuncias de anomalías para acreditar a los legisladores y la negativa de reconocer a Semilla como bancada, al declarar independientes a sus 23 miembros, lo que desató el reclamo de simpatizantes del líder electo, quienes esperaban una fiesta nacional, pero fueron reprimidos por la Policía.

Ante la incertidumbre y tensión, que anticipa la adversidad para el mandatario que prometió acabar con la corrupción y destituir a la fiscal que lo persiguió, los ánimos escalaron entre grupos.

Invitados exigen frenar bloqueo, entre ellos la canciller mexicana Alicia Bárcena.
Invitados exigen frenar bloqueo, entre ellos la canciller mexicana Alicia Bárcena.

Hecho que líderes latinos y la Organización de Estados Americanos (OEA) intentaron atajar al recriminar los obstáculos y exigir respetar el mandato constitucional, según un mensaje que leyó el secretario del organismo, Luis Almagro, junto a varios cancilleres invitados, entre ellos la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena.

Cuatro horas después del horario acordado para la transición, diputados dieron señales de respaldar al político de 64 años, quien lamentó el panorama que atestiguó la comunidad mundial.

El Congreso retomó la sesión suspendida y eligió a Samuel Pérez, de Semilla, como presidente de la Junta Directiva con 93 votos, al superar por 18 sufragios a la plantilla de Sandra Jovel, exministra del exmandatario Jimmy Morales. Y cuando creían zanjada la división, disidentes amagaron con recursos de inconstitucionalidad al recordar que esa fuerza no tiene personalidad jurídica.

Al final, Pérez se consagró como el líder más joven de la Cámara con apenas 31 años y con la seguridad de continuar con los protocolos previstos. De inmediato los presentes se trasladaron al teatro ubicado a poco más de tres kilómetros de distancia del recinto, para la toma de protesta de Arévalo de León.

Debido a la espera, varios de lo invitados ya no se quedaron a la ceremonia. Se reportó que el rey Felipe VI, y los mandatarios de Chile, Gabriel Boric, y de Paraguay, Santiago Peña, se ausentaron por temas de agenda.

Mientras otros resistieron como la enviada del Presidente Andrés Manuel López Obrador, en primera fila, y el líder colombiano, Gustavo Petro. Este último se dijo dispuesto a reprogramar sus citas, como un evento en Davos, para garantizar que no triunfó el “pacto de corruptos”, de acuerdo con la prensa local, un día después del anticipar el grave riesgo en ese país.