La exaspirante a la candidatura presidencial estadounidense por los republicanos Nikki Haley reviró en su postura contra Donald Trump.
En su primera aparición pública desde que abandonó la carrera y descartó repetidamente respaldar al magnate, la exembajadora reveló un tímido apoyo en la boleta en favor de quien la venció en marzo pasado, pues admitió que, aunque éste no es perfecto, el actual presidente que va por la reelección, Joe Biden, “ha sido una catástrofe”.
Durante el evento, la exgobernadora de Carolina del Sur reflexionó sobre el futuro político al señalar que prefiere como jefe de Estado a un líder que asegure la frontera, ante los récords de cruces ilegales, y haga que los enemigas rindan cuentas, sin definir quiénes son éstos.
La política de 52 años y quien abandonó la carrera con sólo dos victorias en las primeras, en el Distrito de Columbia y en Vermont, instó a su rival a no dar por sentado el apoyo del partido y los simpatizantes el recalcar al líder que enfrenta actualmente un juicio penal a “ganarse los votos de aquellos que no lo apoyaron”, como en su caso y quienes veían en ella a una mejor opción.
Pues dijo que dichas acciones serán clave para definir la cita electoral del próximo 5 de noviembre en la que Trump y Biden garantizaron su participación de manera anticipada, al obtener de manera muy temprana los delegados necesarios para la revancha electoral.
Incluso, Nikki Haley resaltó que en la contienda aún faltan las convenciones partidistas, previstas en julio y agosto, y no puede confiarse aunque recientes encuestas lo ubican con 41 por ciento de intención del voto, ligeramente por arriba del demócrata con 0.9 puntos, según la media del portal FiveThirtyEight.
Y destaca que con el mensaje de ayer la exmandataria da un giro a la dinámica interna de los conservadores, caracterizada por fuertes divisiones.
