Los cuerpos de la alcaldesa de Motyzhyn, Olha Sukhenko, de su esposo y de su hijo fueron localizados en una de las fosas halladas en la región ubicada a unos kilómetros de Kiev, Ucrania.
En la búsqueda de víctimas civiles, tras las denuncias de crímenes de guerra, el Ministerio del Interior confirmó que los cadáveres de la funcionaria y su familia estaban enterrados en una fosa poco profunda cerca de una granja, al oeste de la capital ucraniana.
El asesor del Ministerio, Anton Gerashchenko, reveló a Reuters que las tres víctimas fueron torturadas y ejecutadas presuntamente porque creían que estaban conectadas o informando a las tropas ucranianas sobre el avance de los invasores.
En tanto, el jefe del consejo de Makariv, Vadym Tokar, reveló que Sukhenko y su familia fueron sacados de la zona unos días antes de la retirada de los soldados rusos y fue hasta la recuperación de esta zona que confirmó su muerte; sin embargo, se reportó que sus cuerpos no han sido recuperados debido a que sospechan que debajo de las víctimas habría minas, las cuales podrían estallar si intentan mover los cadáveres.
Con esta evidencia, la alta comisionada de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Michelle Bachelet, exhortó a Ucrania a preservar todas las pruebas y exhumar los cuerpos para dar con la verdad ante estos crímenes de guerra, hecho que funcionarios rusos con el canciller, Serguéi Lavrov, y el vocero, Dimitri Peskov, denunciaron como una farsa al asegurar que estos hechos fueron escenificados.
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