Ante la negativa israelí de detener sus avances en Rafah, terroristas de Hamas asentados en el llamado último bastión islámico lanzaron una de las mayores oleadas de cohetes contra ese territorio para mostrar que aún tienen con qué responder.
El brazo armado de la resistencia yihadista, Brigadas Al-Qassam, elevó su respuesta militar y desde Rafah hizo resonar las sirenas en Israel por primera vez en lo que va del año en supuesta venganza por “masacres sionistas contra civiles” en Gaza, región que acecha las 36 mil bajas por una guerra que provocó el desplazamiento forzado de millones.
Las Fuerzas de Defensa (FDI) corroboraron la escalada tras detectar 10 lanzamientos hacia la capital y zona centro, incluyendo Kfar Shmaryahu y Ramat Hasharon. Dichas acciones, que se atribuyeron los terroristas, tuvieron como origen Rafah, a menos de un kilómetro de la base de las tropas, según medios locales como Times of Israel y Jerusalem Post.
Pero ese ejército destacó que tal ofensiva no tuvo repercusiones. La Cúpula de Hierro interceptó la mayoría de proyectiles al mostrar pedazos de ésos en tierra; sin embargo, horas después el gobierno de Benjamin Netanyahu notificó que un auto fue alcanzado en Herzliya, lo que hirió a un civil; pero apuntó que el intento de intimidación no los frena para desmantelar a los perpetradores de la masacre de octubre pasado que presuntamente se esconden en la zona fronteriza con Egipto, sino que los impulsa y ayer destruyeron un lanzacohetes para anular al rival.
Muestra de ello es que los soldados aumentan las incursiones en Rafah, pues la Autoridad Palestina denunció que el enemigo extendió la ofensiva contra civiles ahí, en Jabalia y en Nuseirat, consideradas zonas seguras.
La zona más crítica fue Rafah, donde un bombardeo provocó un enorme incendio destruyendo varias casas del campamento con un saldo de 35 muertos y decenas de heridos, según fuentes palestinas y de la Media Luna Roja regional, hasta el cierre de esta edición.
En tanto, las FDI informaron que en Rafah eliminaron a dos comandantes que operaban en Cisjordania; mientras que en Jabalia, uno de los principales refugios, sus tropas se enfrentaron a yihadistas en choques de “alta intensidad”. Ahí mataron a 100 combatientes, allanaron la casa de un mando de Brigada y derribaron un cuartel para que éste no sea recuperado por Hamas, pues cinco meses antes ya lo habían inspeccionado, y también decomisaron piezas de cohetes en una escuela.
En respuesta Hamas alardeó que secuestró a varios militares enemigos, aunque Tel Aviv desmintió esa versión al tiempo que respondió a otras agresiones, pues hutíes y el grupo Hezbolá también atacaron. En el primer caso Israel nulificó sus aviones no tripulados y en el segundo se reportó que eliminó a siete combatientes, aunque la milicia sólo notificó seis.
Pese a la oleada, Tel Aviv enfatizó que no retrocederá ni con presión regional ni mundial; por el contrario, redoblará los avances, pues de acuerdo con el ministro de Seguridad, Benny Gantz, los ataques de Hamas confirman que urge “seguir operando donde sea necesario” para acabar con el rastro terrorista y recuperar a los 125 rehenes, más allá de las recomendaciones de aliados, de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y de gobiernos dispuestos a reconocer a Palestina como Estado.
No obstante, sigue la confrontación interna, pues el ministro de Defensa, Yoav Gallant, cuestionó públicamente la falta de liderazgo de Gantz en temas en los que no hay acuerdos, así como en decisiones políticas, militares y de inteligencia.
Y en asuntos pendientes también hay choques. Tras intentos de tregua, fuentes israelíes dijeron a Canal 12 que los negociadores están desesperados porque el gobierno sólo retrasa dicho plan, pues no aceptará las condiciones del líder islámico, Yahya Sinwar, quien quiere el cese definitivo de ataques, la salida de las tropas de la Franja y garantías en torno a la ayuda humanitaria, que ayer se reanudó.
Pero también persisten el roce diplomático por “premiar” a Hamas. España advirtió que no se intimidarán para reconocer a Palestina como Estado tras la polémica publicación del canciller israelí, Israel Katz, en X, donde compartió un video de crímenes de los terroristas con música flamenca para exhibir una complicidad.