El Parlamento húngaro respaldó a Suecia para unirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cuando prevalecen las advertencias por Rusia, pues Francia llamó a no descartar el despliegue de tropas en pos de la seguridad global.
Luego de 18 meses de retrasos y tras superar la negativa inicial del primer ministro, Viktor Orbán, una mayoría de 188 legisladores dio luz verde al proyecto que presentó el conservador al sostener ante la asamblea que tal acción elevaría la cooperación y seguridad conjunta, pese a presiones para cambiar su postura.
Con lo que su régimen se convirtió en el último país en dar el visto bueno a la adhesión, pues Turquía dio su aval un mes antes, aunque se mostró renuente por roces en torno a la lucha antiterrorista y la quema del Corán en ese territorio.
Así, justo a dos años de la guerra, la alianza geopolítica sumará a su integrante número 32, la segunda incorporación desde la invasión y con la que desafían al líder ruso, Vladimir Putin.
Pues ese régimen justificó la llamada “operación militar” para detener el expansionismo del grupo militar, pero consiguió lo opuesto, pues tres meses después de bombardear Kiev detonó que Finlandia y Suecia solicitaran su ingreso a ése en busca de más seguridad, al dejar atrás su política neutral.
Y resalta que las últimas sumas se dieron en menos de un año —pues el trámite de Finlandia concluyó en julio del 2023— y el organismo aumenta su control en el mar Báltico, pues de los 10 territorios que tienen acceso a esas aguas nueve son miembros y el otro es Moscú, que recibe insumos a través de San Petersburgo.
Tras la confirmación del Congreso húngaro, el premier sueco, Alf Kristersson, resaltó la decisión histórica a sólo tres días de viajar a Budapest para aumentar la presión sobre el populista Orbán, incluso con acuerdos de cooperación, pues se informó que sellaron la venta de cuatro cazas tipo JAS 39 Gripen, fabricados en Suecia, para incrementar su flota actual, hecho por el que Hungría admitió que esa alianza confirma que están “dispuestos a morir uno con el otro”.
Por ello, Estocolmo agradeció el apoyo y ratificó a través de la red social X su compromiso para hacer lo necesario para proteger la seguridad, la libertad, la democracia y los valores comunes tras romper con una tradición de 200 años de neutralidad geopolítica, pues la invasión rusa lo hizo cambiar de postura.
Posteriormente, el secretario general del organismo, Jens Stoltenberg, añadió que esta membresía “nos hará más fuertes y más seguros”, según un mensaje en X al dar seguimiento a la votación, misma que confirma que están dispuestos a redoblar su defensa y protección ante cualquier riesgo o amenaza, sin aludir directamente al Kremlin.
Proceso en el que destaca que desde el 2000 la OTAN se aproximó más a Rusia al incluir a tres de los cinco territorios con los que colinda, pues además de Finlandia en 2004 se unieron Estonia y Letonia, mientras que el cuarto territorio fronterizo sigue pendiente.
Sin embargo, hasta el cierre de esta edición no hubo reacción del Kremlin, pese a que dicho régimen criticó el expansionismo de la alianza; no obstante, la agencia Ria Novosti alertó que la OTAN busca más adhesiones y hasta ofreció apoyo a Moldavia para actuar contra Rusia, al tiempo que las tropas de Putin mantienen la ofensiva contra Ucrania.
Horas después el presidente de Francia, Emmanuel Macron, elevó el tono contra Rusia al advertir a aliados que “hay que prepararse para que ataque”.
En una conferencia en París, el líder galo puso sobre la mesa el despliegue de fuerzas militares para proteger la soberanía de aliados e impedir que Moscú replique lo hecho contra Ucrania.
Aunque remarcó que Occidente no busca una confrontación, convocó al organismo a reforzar la seguridad conjunta, mantenerse unidos y no excluir posibles despliegues al insistir que es posible que deban tomar “decisiones fuertes”, pues está en sus manos que Putin no gane la guerra que ya costó la vida de 200 mil soldados, según datos del líder defensor.
“Hoy no hay consenso”, dijo el líder ante 25 delegaciones, entre ellas el Canciller alemán, Olaf Scholz, y el líder polaco, Andrzej Duda, al insistir que con Moscú no hay garantías y es necesario pensar en acciones en favor de la seguridad y estabilidad regional, evidenciando riesgos.
Hecho que respaldó su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, quien en una presentación virtual, indicó que perder ante el rival sería darle luz verde al régimen para ampliar su poder contra otros, pues esa guerra dejó una valiosa lección: deben mejorar su capacidad defensiva.
Por ello, instó a aliados a aplicar más sanciones contra el Kremlin para impedir que avance y bloquear su economía, su supremacía y hasta la maquinaria de guerra para hacer que “Rusia pierda sus ventajas, como ya ha perdido en tierra y en el mar”, a unos días de abogar por el decomiso de bienes rivales, mismos que Gobiernos afines pugnan por usar para la reconstrucción ucraniana.