El huracán Ida, uno de los más poderosos en Estados Unidos de los últimos años, impactó las costas de Louisiana como categoría 4 y dejó sin electricidad a Nueva Orleans, reavivando la devastación de Katrina, ciclón que impactó la región también un 29 de agosto, pero hace 16 años; sin embargo, pese a los temores de un gran desastre, el meteoro perdió potencia, aunque la alerta se mantiene.
El fenómeno tomó fuerza durante la madrugada, provocó lluvias torrenciales antes de que la población despertara y tocó tierra; horas después siguió causando estragos con severas inundaciones, derribó techos y hasta invirtió el flujo del río Mississippi con ráfagas de viento de hasta 240 kilómetros por hora, capaces de derribar infraestructura y arrancar de raíz árboles o arrastrar y causar daños estructurales a inmuebles, por lo que se avecinaban graves daños, pero hasta el cierre de esta edición sólo se reportó un muerto, por la caída de un árbol.
Con estos vientos se catapultó como el quinto ciclón más potente que azota EU alcanzando el nivel de Laura, que afectó la región justo en agosto del año pasado, según datos del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) y de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA). El primer organismo alertó que podría ser uno de los peores golpes, pero al final no rozó la destrucción esperada ayer.
Primeros efectos
Ciudadanos viven el impacto del huracán en las primeras horas de ayer, pese a las recomendaciones para resguardarse.
Previamente, autoridades locales admitieron que al escalar de categoría tan rápido complicó las evacuaciones de casi 400 mil personas, a quienes se exhortó a resguardarse en casa y no salir hasta que la zona sea segura, pues anticipaban hasta 60 centímetros de acumulación de agua y oleaje de cinco metros de altura.
Con su avance, se pronosticaban las peores catástrofes. El gobernador John Bel Edwards adelantó que sería uno de los mayores desafíos desde 2005, en medio de la pandemia de Covid que mantiene hospitales saturados, ante el crecimiento de la variante Delta y bajas tasas de inmunización.
Todas las alertas indicaban que la entidad quedaría inhabilitada hasta por meses, recordando a Katrina, que dejó mil 800 muertos y afectaciones que ascienden a 176 millones de dólares.
Incluso, a través de redes sociales, el mandatario dijo que había serías preocupaciones sobre la respuesta del Sistema de Reducción de Riesgo de Huracanes y Tormentas, mismo que fue reforzado después de que Katrina quebró los diques del lago Pontchartrain, que protegían a Nueva Orleans.
Asimismo, sostuvo que las primeras horas eran sólo el comienzo y los ciudadanos debían estar preparados para refugiarse por largo tiempo, pues se esperaba que Ida subiera a nivel cinco, el máximo de su escala.
Por lo anterior, solicitó la declaración de emergencia para garantizar toda la ayuda lo más pronto posible, a fin de habilitar refugios, tener respaldo para rescatar a personas en el mar o dar asistencia ante la caída de viviendas, como ocurrió hace más de una década.
Ida comenzó su ruta en las aguas de Port Fourchon en el Golfo de México, punto por donde tocó tierra, y horas después siguió su paso tierra adentro con un desplazamiento de 20 kilómetros por hora; después generó estragos en Nueva Orleans y Baton Rouge, en donde estiman que provocó una peligrosa marejada ciclónica, tras cruzar Louisiana de sur a norte y siguió su rumbo hacia el sur de Mississippi.
En Orleans se esperaban marejadas ciclónicas catastróficas y vientos extremos y por la tarde se apagó toda la región por el daño a la infraestructura dejando sin luz a casi un millón de habitantes; el poco servicio de electricidad proviene de los generadores y éstos podrían agotarse en las próximas horas, quitando servicio de aire acondicionado y refrigeración.
Incluso, se detalló que uno de los sectores más afectados fue el hospitalario que enfrenta la cuarta ola de coronavirus y al quedarse sin electricidad el personal se vio obligado a realizar de manera manual el apoyo a pacientes con respirador, en espera de ser trasladados a otra región.
Ante esta situación, el presidente Joe Biden garantizó total respaldo a la entidad que se reforzó para evitar daños tan severos como los de 2005. Y agregó que responderían con todo en materia de rescate y recuperación.
Previamente, un portavoz de la Agencia para el Manejo de Emergencias de EU (FEMA, por sus siglas en inglés) indicó que ya habían enviado 139 mil carpas, 3.5 millones de raciones de comida y 2.5 millones de litros de agua para ayudar a miles de damnificados en la entidad.
Estiman bajo impacto económico. Aunque la principal preocupación es la parálisis de las refinerías, economistas calculan que el cierre de éstas no se prolongará, por lo que el daño podría ser menor en materia energética.
Según Moody’s, Ida podría generar un golpe durante el tercer trimestre del año por el alza en el costo de gasolina, pero la recuperación llegaría casi de manera inmediata en apenas unas semanas y que sería visible para el siguiente periodo con el proceso de reconstrucción.
Al respecto, S&P Global Platts detalló que se suspendió hasta 95 por ciento de la producción de energéticos en esta zona del Golfo a causa del devastador huracán.