El gobierno de India demandó a Canadá el retiro de hasta 41 diplomáticos en su país a dos semanas del choque por el asesinato de un activista sij, del que lo culpó el gobierno de Justin Trudeau.
Fuentes de la nación asiática revelaron a medios locales que la tensión sigue al alza luego de que en un texto poco amistoso fijó un plazo para que dicha representación abandone el país antes del 10 de octubre. Sin embargo, el Ministerio de Exteriores se negó a confirmar el supuesto ultimátum filtrado.
Dicho número representa que la gestión de Narendra Modi sólo permitirá que 30 por ciento del más de medio centenar de diplomáticos en la región continúen en su territorio.
Con lo que evidencia que no rebajará su postura en respuesta a la acusación de que sus agentes estarían detrás del asesinato sin resolver de un crítico al que Nueva Delhi tachó de “terrorista”; aunque aún no rompe por completo, pero se encamina a ello, al justificar que las acciones son para equilibrar el número de enviados.
En contraste, Trudeau descartó tomar represalias contra esa nación al referir que el objetivo es esclarecer los hechos ocurridos en julio pasado y abogar por una cooperación “seria” para deslindar la posible participación de ese gobierno, aunque en el pasado insistió que la información en la materia es “creíble”.
Asimismo, el canadiense recalcó que su intención no es empeorar la relación bilateral con su socio comercial, aunque admitió que ésta se encuentra en un “momento sumamente difícil”.