Ya no sólo tendrá que lidiar con las sanciones que le impuso Estados Unidos, que además arreciaron en una guerra económica después de que Teherán bombardeara dos de sus bases militares en Irak. Si no regresa al cumplimiento de sus compromisos con el pacto nuclear de 2015, las potencias europeas lo devolverán a la era en que todo el mundo, respaldado por las Naciones Unidas, se alineaba en torno a un embargo comercial con Irán.
Alemania, Reino Unido y Francia se unieron este martes en la mayor presión contra la República Islámica al activar el mecanismo para la resolución de controversias, con el que da a Irán un ultimátum: o negocia o el acuerdo queda oficialmente muerto, lo que implica que las sanciones en masa regresen, en un duro golpe contra un régimen ya castigado económicamente.
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Las potencias europeas aseguraron que esta decisión se da de conformidad con la misión de evitar una crisis por la proliferación nuclear que se suma a una confrontación creciente en Medio Oriente. Rusia, otro signatario, dijo que no veía motivos para activar el mecanismo.
Los tres países aclararon que aún querían que el acuerdo nuclear con Teherán tuviera éxito y que no se unían a una campaña de “máxima presión” por parte de la administración del presidente Donald Trump, que abandonó el pacto en 2018 y volvió a imponer sanciones.
Irán, que niega que su programa nuclear esté destinado a construir una bomba, ha retirado gradualmente sus compromisos en virtud del acuerdo desde que Estados Unidos renunció. Sostiene que las acciones de Washington justifican tal curso.
“No aceptamos el argumento de que Irán tiene derecho a reducir el cumplimiento. Nuestros tres países no se están uniendo a una campaña para implementar la máxima presión contra Irán. Nuestra esperanza es que Irán vuelva a cumplir plenamente con sus compromisos”, escribieron las potencias en una declaración conjunta.
Irán acusó a los europeos de incumplir las promesas de proteger su economía de las sanciones de EU. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Abbas Mousavi, desestimó la “acción completamente pasiva” de los tres países.
Dijo que Irán apoyaría cualquier acto de “buena voluntad y esfuerzo constructivo” para salvar el acuerdo, pero que daría una “respuesta seria a cualquier medida destructiva”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia indicó que activar el mecanismo podría hacer que sea imposible reanudar la implementación del acuerdo.
Para activar el mecanismo, los Estados europeos notificaron a la Unión Europea, que actúa como garante del acuerdo. El jefe de política exterior de la UE, Joseph Borrell, opinó que el objetivo no era volver a imponer sanciones sino garantizar el cumplimiento.
Después de meses de pasos graduales para reducir el cumplimiento, Irán anunció el pasado 6 de enero que eliminaría los límites para enriquecer uranio.
La diplomacia nuclear está en el corazón de una confrontación más amplia entre Irán y EU, en la que Washington mató a un general iraní, en un ataque con aviones no tripulados en Bagdad, y Teherán respondió con misiles contra objetivos estadounidenses en Irak.
El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo: “Si vamos a deshacernos del pacto nuclear, vamos a reemplazarlo y reemplazarlo con el acuerdo de Trump”, señaló sin dar detalles de su propuesta. Sólo insinuó que un nuevo tratado tendría que ajustarse a los deseos del gobierno estadounidense.
Según el mecanismo, la UE debería informar a las otras partes: Rusia y China, así como a Irán. Entonces habría 15 días para resolver las diferencias, un plazo que puede extenderse o, en última instancia, conducir a la reimposición de las sanciones de la ONU.
En Jerusalén, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, remarcó que Israel no permitiría que su archienemigo obtenga armas nucleares y pidió a los países occidentales que impongan “sanciones por retroceso” a Teherán.