El ejército israelí reactivó la persecución terrorista en Yenín al matar a ocho palestinos, tres de ellos menores de edad, lo que desató una ola de condenas por la “espiral de violencia” contra civiles.
De madrugada y en sigilo, las tropas del primer ministro, Benjamin Netanyahu, desplegaron una “operación a gran escala por tierra y por aire” con mil militares en un campamento usado como escondite por combatientes de la Brigada de Yenín —que agrupa múltiples facciones enemigas—, en lo que se convirtió en uno de los peores choques en 20 años, desde la Segunda Intifada.
Ante una supuesta resistencia, pues dicen que los recibieron a tiros, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) bombardearon y dispararon, incluso con drones, lo que dejó un saldo de casi un centenar de inocentes heridos, lo que movilizó a varias ambulancias que trasladaron a más de dos pacientes cada una; de ellos, 17 están críticos, según el Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina.
Yenín se ha convertido en un refugio seguro para el terrorismo (…) Los soldados israelíes están haciendo todo lo posible para evitar bajas civiles...Benjamin Netanyahu, Primer ministro de Israel
Sin embargo, el agresor minimizó el daño a civiles al justificar que tenían objetivos específicos como destruir la “infraestructura terrorista”. Horas después, ante reclamos globales, Bibi —quien retornó al poder el año pasado— reveló que en este golpe “eliminaron terroristas” y destruyeron laboratorios, en los que fabricaban artefactos para aniquilarlos.
Sus declaraciones fueron respaldadas por el líder del Comando Central, Yehuda Fox, quien anticipó que el despliegue busca impedir que Cisjordania sea un semillero del terror, y el líder de Defensa, Yoav Gallant, quien presumió un “duro golpe” contra el terrorismo.
Pero el régimen ultranacionalista no identificó a los terroristas o lazos con criminales y sólo mostró los explosivos y armas ilegales decomisadas para vulnerar su territorio, pues a través de ese centro de operaciones tenían acceso a túneles, sin precisar posibles blancos.
Con ello, Israel busca intimidar al rival al advertir que seguirá en nivel de acción para evitar represalias, luego de intercambiar disparos tras una incursión que se extendió por casi 12 horas en el punto más crítico del siglo, al enfatizar que ahí operan extremistas de Hamas y la Yihad Islámica y fue donde un militar asesinó de un disparo a la periodista palestina Shireen Abu Akleh en mayo del 2022.
Esta continua agresión contra nuestro pueblo llevará a la región a una espiral de violencia e inestabilidad...Husein al Shaij, Secretario del Comité de la Organización para la Liberación de Palestina
Este amago avivó el repudio de la Autoridad Palestina y la población. La última abandonó la zona ante alertas de evacuaciones forzadas y el temor ante el envío de refuerzos tras la difusión de videos del avance de vehículos pesados, según la Media Luna Roja, mientras aún se escuchaban detonaciones, pues milicianos se sumaron a la tímida respuesta.
Por separado, el líder palestino, Mahmoud Abbas, exigió a la comunidad internacional una respuesta ante el peligro de inestabilidad y “espiral violenta”, al advertir que nada justifica el atentado que provocó columnas de humo, visibles a varios kilómetros, y llamar a una reunión regional, mientras Hamas amagó que “sabe cómo responder”.
En tanto, el Ministerio de Salud elevó el nivel de confrontación al exhibir que en el año Israel ya mató a “185 mártires”; mientras que periodistas acusaron agresiones en actos paralelos en su intento por cubrir los hechos en Yenín, pues hasta incendiaron su equipo de televisión.
Esta nueva tensión pone en alerta al mundo, pues tras las condenas, Palestina aseveró que cortará toda cooperación con Tel Aviv. “A la luz de la falta de compromiso de Israel los acuerdos ya no son vinculantes”, sentenció en un comunicado al pedir apoyo de Estados Unidos.
La situación (es) extremadamente volátil e impredecible en toda la Cisjordania ocupada...Tor Wennesland, Coordinador del proceso de paz en Medio Oriente
Horas después, decenas de manifestantes que rechazan la reforma judicial tomaron el aeropuerto Ben Gurión ante la embestida, pues cada día hay más víctimas civiles que terroristas. Y los extremistas convocaron a tomar las calles para responder a la “agresión bárbara” y al cierre de esta edición iban 37 arrestos.
Casi de inmediato, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llamó a rebajar los disturbios al advertir una escalada “peligrosa”. El líder del organismo, António Guterres, externó su preocupación al tachar de “inaceptable” este tipo de ataques; mientras que su oficina instó a garantizar el derecho humanitario, tras incidentes en algunos hospitales.
