Por segundo día consecutivo las fuerzas israelíes irrumpieron en la mezquita Al Aqsa, en Jerusalén, desatando la ira de la población en plenas conmemoraciones religiosas como Semana Santa y Ramadán, pues va en contra de los acuerdos de hace unos días.
Pese a las críticas por lanzar granadas aturdidoras al interior del recinto conocido como Monte del Templo, el ejército reanudó las redadas en el lugar al justificar que en ese complejo se escondían combatientes armados y éstos hirieron a uno de sus compañeros; pero la Autoridad Palestina indicó que ellos no son los únicos afectados, pues hay hasta seis palestinos lesionados, versión que corroboraron agencias locales.
Ante esta situación, aumentan los choques por el asalto contra un templo religioso, pues Tel Aviv aprovecha las celebraciones en este mes para perseguir a supuestos rivales, por lo que sectores de ambos bandos alertaron que esta situación podría estallar en actos cada vez más violentos, al tiempo que las Fuerzas Armadas israelíes denunciaron que horas antes grupos terroristas como Hamas lanzaron varios cohetes contra su territorio, sin que se registraran bajas o incidentes mayores.
Y el ejército de Benjamin Netanyahu advirtió a los feligreses que continuarán con estos desalojos, ignorando los llamados a reducir la tensión, pues recalcaron que actúan contra posibles amenazas graves a su población, sin especificar qué acciones ilegales cometieron los musulmanes o judíos que se dieron cita en el lugar, mientras suman más de 400 detenidos en los últimos días.
