Israel comenzó a inocular el viernes una cuarta dosis de la vacuna contra COVID-19 a la población vulnerable y se convirtió en uno de los primeros países en hacerlo mientras se prepara para una nueva ola de contagios impulsada por la variante Ómicron.
La nación del Medio Oriente, que lideró la vacunación en 2020, administrará la nueva dosis a gente con el sistema inmunitario débil, además de hacerlo en ancianos y en empleados de residencias.
La nueva campaña comenzó en el Centro Médico Sheba, donde se inmunizó a pacientes con trasplantes de corazón y pulmón.
Israel está inmerso en una nueva ola de contagios avivada por Ómicron, una variante más contagiosa, de acuerdo con los expertos. El jueves se reportaron cuatro mil 085 nuevas infecciones, la cifra más alta desde finales de septiembre.
En respuesta, anoche se decretaron nuevas restricciones para tratar de frenar los crecientes contagios antes de las celebraciones de Año Nuevo, que incluyen un pase para los eventos de más de 100 personas al aire libre que se concederá a quienes estén completamente vacunados o hayan superado recientemente el coronavirus, así como el uso obligatorio de cubrebocas en eventos exteriores de más de 50 asistentes.
Israel, un país de 9.3 millones de habitantes, ha reportado ocho mil 243 decesos por COVID-19 desde el inicio de la pandemia. La mayoría de su población, más de 6.5 millones de personas, ha recibido al menos una dosis de la vacuna desarrollada por Pfizer-BioNTech, y más de 4.2 millones tienen dos dosis y una de refuerzo.
KEFS
