Israel afianza estrategia militar para aniquilar a Hamas al fracturar su infraestructura y rechazar una “pausa”, pese a la presión de Estados Unidos y nuevas críticas tras los bombardeos por los que la Gaza rebasó la cifra de 10 mil muertos.
En la víspera del primer mes desde que estalló el conflicto, las Fuerzas de Defensa de Tel Aviv perpetraron “daños significativos” en complejos enemigos, centros de mando y posiciones de lanzamiento y eliminaron a comandantes que se escondían en bases subterráneas, en las que pueden ocultarse por meses, con lo que paso a paso debilitan esa capacidad operativa ante la peor escalada en años, según el diario Times of Israel.
Pese a la sugerencia del presidente Joe Biden, cuyo secretario de Estado viajó a Medio Oriente para abrir negociaciones, el primer ministro Benjamin Netanyahu recalcó que no contempla un cese el fuego.
“No creo que vaya a haber un alto el fuego”, asestó en entrevista con la cadena ABC News horas después de que Washington planteó pausas focalizadas por región para permitir la salida de extranjeros y civiles a zonas seguras como el corredor de Rafah, que ayer abrió para trasladar a víctimas y entregar asistencia, según un informe del vocero del Pentágono, John Kirby.
Netanyahu agregó que el ejército mantendrá la intensidad de ataques, lo que no afecta la transferencia de ayuda, pues ayer se entregaron más unidades con comida y medicinas, y recalcó que no dará tregua a los islámicos que mataron a mil 400 israelíes y que buscan destruir su país.
El ultraderechista admitió que tal acción, sin garantías de que los extremistas devolverán a los cautivos, no abona a erradicar la amenaza, al contrario obstaculiza su plan para rescatar a los extranjeros y connacionales retenidos. Y agregó que continuarán con las ofensivas terrestres, pues Hamas dejó en claro que sólo la presión militar es capaz de poner un alto a quienes amagan con matar a judíos.
Postura que respaldó la embajadora de esa nación en México, Einat Kranz-Neiger, al resumir que en esta guerra sus objetivos son que desaparezca Hamas y liberar a Gaza, al descartar la intención de recuperar ese territorio, como acusa Palestina.
En plática con medios aseveró que no pueden negociar con el rival, porque éste fue el que rompió la tranquilidad y causó la peor escalada en años. Precisó que desde que la organización criminal asumió el control de la Franja en 2007 evidenció que no le interesa negociar ni su población al desatar múltiples conflictos en más de una década, mismos que Tel Aviv atajó con los operativos Plomo Fundido, Pilar Defensivo, Margen Protector, Guardián de Murallas y, recientemente, Espadas de Hierro.
Pero los fundamentalistas insisten en usar de escudo humano a los civiles al disparar cohetes contra Israel desde bases en asentamientos altamente poblados y cerca de guarderías, hospitales y mezquitas.
La representante israelí recalcó la importancia de que el mundo se pronuncie contra Hamas y el terror, pues aunque el riesgo ahora es sólo contra su territorio puede expandirse a Medio Oriente al enfatizar que la región vive una amenaza prácticamente en todas sus fronteras, ante los amagos de extremistas como las milicias de Hezbolá, en Líbano, y de Yemen, que lanzan misiles y drones en su contra, gracias al respaldo de Irán.
Incluso, Kranz-Neiger denunció que los terroristas replican tácticas del Estado Islámico en referencia a la ofensiva del pasado 7 de octubre en la que desató un baño de sangre.
Muestra de eso son las ejecuciones de civiles en casas y refugios saturados, a quienes atacaron con herramientas de jardinería y hasta quemaron vivos en la calle y automóviles tras dispararles ráfagas para evitar su huida; por ello, criticó que algunos líderes sólo hablen de las víctimas de Gaza y no de las israelíes, donde suman 245 mil desplazados.
Tensión por la que Tel Aviv arremetió de nuevo contra el líder de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, quien calificó de “cementerios de niños” los asentamientos en la Franja tras nuevos bombardeos; declaración que tuvo respuesta en voz del ministro de Exteriores, Eli Cohen, quien tachó de “vergüenza” su postura al recriminar que sólo hable de las víctimas de un lado y no de las decenas de menores que vieron como Hamas asesinó a sus padres y hoy cumplen un mes retenidos.
En tanto, ante el temor de una escalada, Human Rights Watch (HRW) urgió a aliados de ambos sectores suspender el envío y venta de armas, al advertir que tales suministros los hacen cómplices.
En un comunicado la organización señaló que EU, Gran Bretaña y Canadá entregaron bombas, municiones, aviones y equipo militar a Tel Aviv, región que ya usó fósforo blanco pese a que está prohibido, mientras que el grupo yihadista recibió cohetes y hasta 70 millones de dólares en asistencia desde Irán, lo que recuerda que ese régimen dota de tecnología y planeación a las milicias que atacan Israel.
