Israel enfrenta una ola de indignación de la comunidad internacional después de que sus fuerzas atacaran por segundo día consecutivo a cascos azules de la ONU, esta vez, golpeando los cuarteles de las fuerzas de mantenimiento de paz en el sur del Líbano, lesionando a dos de ellos.
La fuerza de la ONU desplegada entre Líbano e Israel, la Finul, informó este viernes que dos cascos azules srilankeses resultaron heridos cerca de la frontera con Israel, después de que dos efectivos indonesios resultaran heridos el jueves en un ataque cerca de un puesto de control militar, donde también mató a dos soldados libaneses e hirió a tres más.
De acuerdo con el Ministerio de Salud libanés, sólo en las últimas 24 horas han muerto 60 personas y 168 han resultado heridas por ataques aéreos. El ejército israelí anunció que abrió una investigación “en profundidad” y dijo que disparó hacia una “amenaza”, cerca de la posición de las fuerzas de la ONU.
El hecho generó duras reacciones internacionales. El jueves, la Casa Blanca expresó su “profunda preocupación”. Los líderes de los gobiernos de España, Francia e Italia expresaron su indignación por los ataques, que han calificado de “injustificables” y de “grave violación” de las obligaciones de Israel y de derecho internacional humanitario.
Italia llegó a mencionar la posibilidad de catalogar los incidentes como “crímenes de guerra”. Francia convocó al embajador de Israel, y consideró que los ataques contra la FINUL son “deliberados”. El gobierno español también reiteró su firme condena a los “ataques injustificados” y, al igual que Francia, convocó al encargado de negocios de Israel para protestar.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, afirmó que el incidente constituye “una violación del derecho humanitario internacional” y la Finul afirmó que estas acciones “suponen un riesgo muy grande para las fuerzas de paz”.