Israel lanzó un ataque aéreo que mató a un jefe militar y otros altos mandos de Hezbollah en Beirut, Líbano, en medio de una creciente tensión que aumenta los temores de que estalle una guerra total en Oriente Medio.
El ataque se produce luego de que esta semana dos olas de explosiones simultáneas en miles de aparatos de comunicación portados por integrantes de Hezbollah mataran a 37 personas (algunos niños) e hirieran a casi tres mil en el Líbano.
El portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, dijo que el ataque en el distrito de Dahiya, en el sur de Beirut, tuvo como objetivo y mató a Ibrahim Akil, comandante de la Fuerza Radwan de élite de Hezbollah, así como a otros 10 operativos del grupo armado, aunque no dio más detalles sobre las identidades de los otros comandantes presuntamente muertos.
El Ministerio de Salud de Líbano dijo que, hasta el momento, 14 personas murieron y 66 resultaron heridas, pues el ataque se produjo durante la hora pico, cuando la gente salía del trabajo o las escuelas.
Hezbollah no confirmó si falleció Akil en el ataque. Un funcionario de Hezbollah, que habló bajo condición de anonimato, confirmó que al parecer Akil estaba en el edificio cuando fue atacado, pero no dio más detalles.
Akil es jefe de la Fuerza Radwan de élite de Hezbollah y del Consejo de la Yihad, el más alto organismo militar del grupo. Estados Unidos lo sancionó por su presunto papel en dos atentados en 1983 contra la embajada en Beirut y en el Cuartel del Cuerpo de Marines que dejaron más de 300 muertos.
“El ataque en el Líbano es para proteger a Israel”, dijo Hagari en conferencia de prensa, al describir a Akil como uno de los miembros de Hezbollah responsables del disparo frecuente de cohetes hacia su país, quien junto con otros milicianos “estaban planeando el ataque la ‘Conquista de Galilea’.
Horas antes, la milicia bombardeó el norte de Israel con 140 cohetes y mientras la región esperaba la venganza prometida por su líder, Hassan Nasrallah, por el extenso ataque ejecutado con bipers y walkie-talkies pertenecientes a miembros del grupo armado.
La milicia dijo que sus ataques habían impactado varios sitios en la frontera con cohetes Katyusha, incluidas varias bases de defensa aérea, así como el cuartel general de una brigada blindada. El ejército israelí dijo que se lanzaron 120 misiles contra zonas de los Altos del Golán, Safed y la Alta Galilea, algunos de los cuales fueron interceptados, pero no dijo si algún misil había alcanzado objetivos o causado víctimas.
El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, aseguró que la guerra es evitable entre Israel y Hezbollah, pese al aumento de la tensión y los ataques en las últimas horas: “todavía creemos que hay tiempo y espacio para una solución diplomática y estamos confiados de que es la mejor manera de avanzar. La guerra no es inevitable en la Línea Azul (que demarca la división entre Líbano e Israel)”.
El presidente Joe Biden aseguró en una reunión de su gabinete que todo su equipo sigue trabajando para conseguir un alto al fuego en Gaza y para que los residentes del norte de Israel y el sur del Líbano vuelvan a sus casas.
Asimismo, se dio a conocer que el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, viajará horas a Tel Aviv para reunirse con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y su secretario de Defensa, Yoav Gallant, para evitar un desembarco terrestre en el Líbano con el objetivo de diezmar a Hezbollah.