Israel prevé extender la guerra contra Hamas durante todo 2024 para lograr sus objetivos, lo que va en contra de las demandas de naciones, líderes y organismos que piden un alto al fuego para proteger a palestinos.
“Esperamos otros siete meses de combate”, reveló el asesor de Seguridad Nacional, Tzachi Hanegbi, en entrevista con la radio pública Kan, misma que difundió el diario Times of Israel, mientras que las Fuerzas de Defensa (FDI) refuerzan operaciones luego de que sus tanques se adentraran en el corazón de Rafah.
Desde Chipre, donde supervisa entregas humanitarias, refutó las críticas por medidas sin sentido al defender su plan. Dijo que éste se justifica al profundizar los avances contra la resistencia islámica para cumplir sus prioridades: anular la capacidad militar del enemigo, recuperar a los 121 rehenes y eliminar cualquier amenaza en Gaza. Sin embargo, no adelantó una fecha definitiva para ello y no descarta que las operaciones, tanto terrestres como aéreas, continúen en 2025.
Tzachi Hanegbi, aliado del primer ministro, Benjamin Netanyahu, agregó que cada nuevo paso es esencial para asegurar la frontera, sitio que recordó ha sido usado por casi dos décadas por los yihadistas para contrabandear armas.
Y para contrarrestar ese trasiego ilegal, el ejército israelí tomó el control operativo del llamado corredor de Filadelfia, el límite entre Gaza y Egipto; su objetivo es aumentar la seguridad y cortar de tajo el suministro de armas a los combatientes
Al respecto, el vocero de las FDI, Daniel Hagari, resaltó la importancia del punto que catalogó como un “ducto de oxígeno” para Hamas, pues a través de esa ruta conseguía armamento para mantener la guerra que estalló tras la masacre del pasado 7 de octubre; además sus soldados encontraron 20 túneles y zonas de lanzamiento de misiles a escasos 10 metros de Egipto, para mostrar el riesgo que representa la zona que se convirtió en el último gran refugio gazatí, donde a principios de mes había 1.5 millones de desplazados y ahora quedan menos de medio millón de víctimas.
Pero esos anuncios no calman el reclamo mundial, especialmente ante nuevos crímenes, pues según fuentes palestinas y la Media Luna Roja dos paramédicos murieron en un ataque, y gobiernos presionan cada vez más por un cese de las hostilidades prolongado.
Entre ésos destaca Argelia que de nuevo promovió ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) una reacción conjunta en favor de la población palestina, pues ahora busca que Tel Aviv acate el llamado de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para detener la matanza en Rafah.
Pero ni en esos temas hay consenso, pues Estados Unidos dijo que el borrador es desequilibrado lo que anticipa su negativa, pues aún no se reconoce a Hamas como responsable en esta guerra. Incluso, destacó el esfuerzo israelí para proteger a gazatíes del fuego cruzado, pero expuso sus críticas porque aún no hay un plan para el día después de la guerra.
Mientras que Qatar y mediadores advirtieron que sin ajustes las negociaciones corren el riesgo de quedar nuevamente paralizadas.
A ello se suman nuevos choques diplomáticos en rechazo a la estrategia militar israelí; a unas semanas del rompimiento colombiano otro gobierno latino, esta vez Brasil, retiró a su embajador.
La administración de Luiz Inácio Lula da Silva confirmó a través del diario oficial la salida de Federico Meyer, su representante en Medio Oriente, al precisar que tras declarar persona non grata al mandatario por comparar la guerra actual con el Holocausto no tiene caso que el enviado vuelva a ese territorio.
Además, aumentan las voces que piden el fin de la guerra, pues la organización Save The Children condenó las operaciones contra civiles y abundó que el fin de las hostilidades debe abarcar todo Gaza, no sólo Rafah, donde se concentran los ataques pues se cree que ahí se esconden mandos, como Yahya Sinwar, y retienen a decenas de rehenes, vivos o muertos, lo que forzó nuevos éxodos y hasta el cierre de otro hospital.