El gobierno israelí arreció su reclamo a Estados Unidos por armamento para combatir a Hamas, mientras prevé que la fase más intensa de la ofensiva en Gaza llegue a su fin.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, aseveró que el nivel violento decaerá a unas semanas de que sus Fuerzas de Defensa (FDI) irrumpieran en Rafah y tomaran el control del sitio donde creen que se esconden mandos rivales y ocultan a rehenes, según la inteligencia de Tel Aviv.
No obstante, el premier, quien goza cada vez de menor popularidad, descartó el fin del plan militar. En entrevista con un canal local sostuvo que sus soldados acumulan éxitos al afirmar que le “dan duro” a la resistencia islámica y en tres días eliminaron a dos líderes de la organización enemiga.
Con el ajuste en el campo de batalla va por reforzar a las bases en la frontera norte ante el riesgo de una escalada por Hezbolá, milicia asentada al sur de Líbano.
E insiste en sus críticas a su aliado, el presidente Joe Biden, al denunciar que desde hace cuatro meses “las municiones en gran número quedaron atrás”.
Aunque admitió que es la nación que más apoyo le brinda dejó en claro su intento de reactivar el envío de armas y municiones al referir que su obligación es que sus soldados reciban el equipo necesario para concretar el objetivo de desmantelar a Hamas, que retiene a 120 israelíes y extranjeros desde la masacre del octubre pasado.
Las declaraciones se dan mientras su ministro de Defensa, Yoav Gallant, viajó a Washington para obtener insumos e intercambiar opiniones con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin, y el secretario de Estado, Antony Blinken, al referir que hoy su vínculo es “más fuerte que nunca”.
Tema en el que persiste a la ofensiva, pues Palestina expuso que ése atacó de nuevo a civiles y en la última jornada mató a ocho al bombardear una antigua escuela de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados en Medio Oriente (UNRWA, por sus siglas en inglés), aunque el ejército dijo que fue un centro de entrenamiento rival.
ESCALAN RECLAMO. Pese a los logros que presume el líder, la nación no está contenta.
La mexicana-israelí Ilana Gritzewsky se dijo defraudada por el abandono a las víctimas y sus familias. A más de seis meses de ser liberada recordó que ningún ministro se le acercó, pese al terror que vivió por semanas y que otros aún enfrentan como su novio Matan Zangauker, quien cumplió 261 días cautivo.
Ante 150 mil personas el pasado 22 de junio instó a la población a no cesar en la lucha para concretar el retorno de las víctimas y abundó a otros rehenes que ya regresaron a casa a sumarse para poner fin al miedo y abusos que sufren.
Contó que en 55 días de secuestro le lastimaron la mandíbula, dislocaron el hombro y perdió la audición de un oído.