El presidente argentino, Javier Milei, descartó disculparse con su homólogo español, Pedro Sánchez, o su esposa, Begoña Gómez, al justificar que sus declaraciones no llevaban nombre, pues no hubo alusión directa.
Pese a lanzar insultos a la pareja presidencial, el ultraderechista negó que exista un choque diplomático al sostener que sus dichos en un evento de Vox no fueron contra el poder, y agregó que sólo fue un intercambio, luego de que también lo atacaran a él.
“Bajo ningún punto de vista le voy a pedir disculpas a Pedro Sánchez”, asestó al declararse un exponente de la libertad; mientras que su vocero, Manuel Adorni, evidenció que todo empezó a inicios de mes cuando el ministro de Transporte ibérico, Óscar Puente, sugirió que el líder argentino consumía drogas.
Ante la respuesta negativa al llamado a rectificar, el ministerio de Exteriores advirtió de un inminente rompimiento.
Y poco después el canciller José Manuel Albares reveló que citó al embajador argentino en Madrid, Roberto Bosch, para hacer evidente la molestia por esta confrontación, luego de llamar a cuentas a su enviada, lo que la prensa recordó es un paso antes de retirar a un diplomático.
Posteriormente, el exlíder argentino Alberto Fernández se sumó al diferendo al lanzarse contra su sucesor y afirmar que le falta “atención psicológica”.