Las renuncias de Rishi Sunak y Sajid Javid en Gran Bretaña fueron sólo la antesala de una oleada para forzar al primer ministro, Boris Johnson, a dejar el gobierno, mientras éste se aferra al cargo y responde con el primer despido luego de ser presionado por su gabinete y su propio partido para abandonar tras una gestión de escándalos.
En un claro desafío a su equipo y a quienes buscan un cambio de administración, el líder tory sacó a su aliado y ministro de Cohesión Territorial y Vivienda, Michael Gove, aumentando las críticas por decisiones apresuradas que no incidirán en favor de su gestión, manchada recientemente por la defensa de Chris Pincher, un alto funcionario acusado de conducta sexual inapropiada.
Según medios británicos como The Guardian y Daily Mail, Gove, el sacrificado, es visto como una pieza clave de una supuesta organización o conspiración que promueve una supuesta “salida digna”, luego de que éste se levantó como una de las principales voces que buscan el fin del mandato actual, en medio de una oleada de reproches y renuncias.
Gove se reunió con Johnson en Downing Street para hacerle saber que la situación se agravaba, pues enfrenta el mayor número de dimisiones desde 1932, hace casi 100 años; por ello, consideró que lo que único que podría hacer era acudir al Congreso a renunciar, lo que inquietó al mandatario de tal modo que respondió con el cese de quien lleva una década ligado a puestos de liderazgo.
Sin embargo, la presión de los conservadores aún no termina, pues hasta el cierre de esta edición ya se registran más de 40 salidas en Londres, Gales y Escocia de secretarios, parlamentarios y enviados especiales, quienes han cuestionado la credibilidad de Johnson por el cúmulo de fallas y grandes escándalos como el partygate y el respaldo a un perfil acusado por múltiples delitos sexuales.
Incluso, durante la sesión en la Cámara de los Comunes sobre el tema, donde parlamentarios laboristas lanzaron consignas en su contra, el extitular de Salud Javid sostuvo que Johnson perdió la integridad y la lealtad a casi tres años de llegar al gobierno tras la salida de Theresa May, lo que obliga a hacer cambios en favor del gobierno con miras a que llegue otro primer ministro a Downing Street, que sería el número 15 bajo el trono de la reina Isabel II.
Esto mientras los titulares de Infancia, Will Quince, de Escuelas, Robin Walker, y de Igualdad, Mike Freer, tomaron distancia del líder al seguir los pasos de Sunak.
En medio de este acorralamiento, Johnson reiteró “no voy a renunciar” al argumentar que esta acción provocaría un mayor caos en la nación y alardeando de que podría permanecer como primer ministro hasta 2030, ignorando las salidas que también representan votos en contra, pues se trata de algunos de los líderes que hace un mes promovieron su destitución a través de una moción de censura, mismo que no consiguieron.
Posteriormente, Johnson recibió a varios ministros, desde en la mañana y después de la sesión, en al menos dos grupos. Unos se mantienen leales a él o a al menos lo que queda del gobierno, pues la ministra del Interior, Priti Patel, ratificó que su compromiso está con Gran Bretaña, sin hacer alusión al primer ministro.
Al respecto, diarios locales dieron cuenta de la pasarela y gran movilización que se registró durante varias horas en las oficinas marcadas con el número 10, entre los que destacan los ministros de Transporte, Grant Shapss, y la de Comercio, Anne-Marie Trevelyan, quienes siguen firmes con el líder tory, pero que evitar dar declaraciones ante la prensa.
Pero otros acudieron para hacerle ver que la única respuesta a esta crisis es su dimisión insistiendo que aún está a tiempo de salir de manera airosa, esto luego de que parlamentarios de su propio partido amagaran tras el fracaso del intento de removerlo con bloquear su agenda hasta lograr que dejara el cargo.
Al respecto, señalaron que cada uno de estos golpes, con escándalos y renuncias, lo han debilitado fuertemente la última semana, muestra de ello es su caída en porcentaje de popularidad, pero no queda claro si conseguirán que deje el cargo como ocurrió hace años con su antecesora May, mientras crece la fuerza de los conservadores en su contra, pues ya no tienen recursos para promover otra censura en su contra.
Incluso, previo a que acudiera a la Cámara de los Comunes un nuevo bloque unió voces para obligarlo a salir, entre las que se destaca el recién nombrado ministro de Finanzas o canciller Nadhim Zahawi, pues a menos de 24 horas de asumir la nueva encomienda, de las más importantes en el gabinete, éste le dio la espalda a Johnson y urgió también su dimisión, exponiendo que la estrategia de hacer cambios inmediatos para apagar las críticas no funcionó.
MAEP
