El líder norcoreano Kim Jong-Un, ve una amenaza en el K-pop, al que calificó como un “cáncer vicioso” que puede destruir a Corea del Norte por el cambio de comportamiento de los más jóvenes.
De acuerdo con el New York Times, quien recogió declaraciones de medios locales, este “cáncer” corrompe a los jóvenes norcoreanos por los “atuendos, peinados, discursos y comportamientos” que caracterizan al género musical que ha ganado popularidad en todo el mundo. La amenaza es que, con estos cambios de ideología, Corea del Norte podría llegar a una caída, ya que la nación “se derrumbará como un muro húmedo”.
Y para evitar esa posible caída, las autoridades norcoreanas han tomado medidas que han sido tomadas como una “guerra cultural” para frenar la influencia de sus vecinos de Corea del Sur, incluyendo castigos como la pena de muerte. Pues, según los reportes que han llegado a Corea del Sur, Kim Jong-Un se ha mantenido firme ante las criticas de productos fuera de la ideología socialista que llega ilegalmente al país.
Por años la influencia de Corea del Sur ha llegado al Norte por medio de redes de contrabando y, para detener la inminente amenaza del K-pop y otras industrias en Corea del Norte, ya existen leyes que buscan castigar el portar entretenimiento que no siga la ideología socialista.
Un ejemplo de ello es que en diciembre se aprobó una ley en la que se castiga de cinco a 15 años de trabajo en los campos a las personas que posean entretenimiento de Corea del Sur, como el K-pop o los K-dramas; sin embargo, las medidas para frenar esta amenaza no terminan ahí, ya que, por cantar, hablar o escribir “al estilo surcoreano” se pueden enfrentar a dos años de trabajo forzado y pena de muerte, para aquellos que distribuyan el material.
Incluso el desertor Jung Gwang-il, declaró que Kim Jong-Un “debe reafirmar su control ideológico en los jóvenes”, pues de lo contrario el líder de Corea del Norte podría perder el poder en el país, ya que “los jóvenes norcoreanos piensan que no le deben nada”, recordó el mismo medio.
