Tropas ucranianas respiran tras reportar la retirada de invasores en Kajovka y un posible rompimiento del rival con los mercenarios del Grupo Wagner.
Previo a los 13 meses en guerra, presumieron que la resistencia da avances ante el enemigo, pues éstos se retirararon de la zona ubicada en Jerson, uno de los territorios anexados, ante la falta de soldados y armas, justo el día en que el presidente Volodimir Zelenski recorrió el sitio, pues no lo da por perdido, a 300 kilómetros de donde estuvo su homólogo ruso, pues Vladimir Putin visitó Mariupol.
En tanto, en Bajmut, la zona más crítica, los mercenarios amagaron con abandonar el frente de batalla, luego de nuevos choques con mandos militares del Kremlin, por negarles municiones y bloquear su reclutamiento, ante las bajas sufridas en las últimas semanas.
Dicho choque supone un empuje para la resistencia, al tiempo que Zelenski instó a sus aliados a acelerar la ayuda, tras recibir tanques, pues están más cerca de expulsar a los ocupantes y de recuperar las regiones apropiadas por Moscú.
Aunque Occidente no respondió a este llamado sí pugnó en favor de Ucrania al presionar a China para que Xi Jinping, quien estuvo esta semana en Rusia, busque el acercamiento con ese país para la pacificación, pues desconfían en su plan para acabar con la guerra.
Y hasta adelantaron que el presidente español, Pedro Sánchez, aprovechará la invitación de Beijing para promover esta reunión lo antes posible.
Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que lucha para ampliar el acuerdo de exportación, demandó a los gobiernos que buscan el fin de la guerra no descartar el planteamiento chino al admitir que por su cercanía con Putin podría ser un factor clave, mientras Rusia renueva amenazas ante la orden de arresto contra su líder, pues sostuvo que el país que se atreva a capturarlo desatará una oleada de misiles en su contra.