La presión en Irán contra el gobierno aumenta con protestas de mujeres que ondean en plena calle su hiyab en rechazo a las normas islámicas, mientras un líder conservador llama al régimen de Ebrahim Raisi a reconsiderar las leyes en torno a la obligatoriedad de la vestimenta.
El exlíder parlamentario Ali Larijani admitió que es posible rebajar los severos controles sobre las mujeres al convocar a repensar estas normas, mismas que exaltaron los ánimos en la nación, pues el uso del hiyab provocó el arresto y posterior muerte de la joven kurda Mahsa Amini.
Tras cuatro semanas consecutivas de movilizaciones, la figura conservadora criticó al gobierno al señalar que no se quiere escuchar a la población, pues consideró que muchos de los reclamos se podrían atender con una postura más tolerante ante medidas muy rígidas, cuando hasta hace unos años el uso de este tipo de velo para las mujeres era voluntario.
“La respuesta rígida no es la cura”, sostuvo en entrevista con un medio local al detallar que el extremismo sólo provoca más violencia, al tiempo que organizaciones de derechos humanos reportaron que ya suman 200 muertos por la represión contra los manifestantes que exigen sanciones por la muerte de Amini a mano de oficiales que vigilan la conducta.
Aunque el régimen rechaza esa versión, Larijani se pronunció en contra de Raisi al reconocer que esa policía de la moral pudo ser responsable del deceso de la joven y recordó que más allá de la prenda, el reclamo es por la violencia contra quienes supuestamente incumplen la ley islámica, lo que genera más repudio. Por ello, insistió en cambiar la visión y escuchar a las generaciones más jóvenes.
En tanto, decenas de mujeres se siguen sumando a las movilizaciones en varias ciudades del país y ahora las mujeres marchan, salen a la calle y caminan en vías principales sin el hiyab, mientras otras aplauden su valentía y se unen al ondear ese velo y mostrar su rostro y cabello sin censura.
