Luego de asegurar que su país “no romperá relaciones” con Venezuela, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, señaló que insistirá en una salida negociada, aunque también aclaró que tampoco respalda “las sanciones unilaterales” contra ese país, porque eso “perjudica al pueblo, no a (Nicolás) Maduro”.
En entrevista con radio Difusora, el mandatario reiteró este viernes que no reconoce el resultado de las elecciones en Venezuela e insistió en que su homólogo “pruebe” que ganó esos comicios, denunciados como fraudulentos.
“Creo que el comportamiento de Maduro es decepcionante. Creo que Maduro, como presidente, debería probar que fue el preferido del pueblo venezolano, pero él no lo hace”, aseguró Da Silva.
Señaló que “en Brasil se aprendió de democracia con mucho sufrimiento”, aunque aclaró que “cuando la gente es extremista no la acepta”.
Aludió a la actitud de Jair Bolsonaro, a quien derrotó en las elecciones de 2022, y dijo que el líder de la extrema derecha “pasó un mes llorando en su casa sin aceptar la derrota y pensando qué hacer” para impedir que él asumiera el poder.
El presidente de Brasil explicó que, junto con el mandatario de Colombia, Gustavo Petro, insisten en propiciar el diálogo entre Maduro y la oposición.
En ese contexto, la Cancillería argentina instó a la Corte Penal Internacional (CPI) a solicitar una orden de detención contra el presidente Maduro, “y otros cabecillas del régimen”, “ante el agravamiento de la situación” tras los comicios presidenciales en el país caribeño el pasado 28 de julio
Lo anterior, luego de que una treintena de exmandatarios iberoamericanos pidieron este viernes a la CPI “la captura y detención inmediata” del presidente venezolano, de su número dos, Diosdado Cabello, y de toda la cadena de mando.
Entre los firmantes están los españoles Felipe González, José María Aznar y Mariano Rajoy; así como los colombianos Andrés Pastrana, Álvaro Uribe e Iván Duque; el argentino Mauricio Macri; el mexicano Vicente Fox o el boliviano Carlos Mesa.