El capitán alemán de un barco privado que rescata migrantes en el Mediterráneo se declaró inocente de cargos de que ingresó ilegalmente y sin registro apropiado a aguas de Malta. En la audiencia de imputación en La Valeta, fiscales malteses pidieron ayer al juez que ordenara la confiscación del barco Lifeline.
Con la llegada del nuevo gobierno populista italiano contra las embarcaciones privadas de rescate, Malta también ha adoptado una posición dura contra esos grupos. Las autoridades maltesas además han rechazado la insistencia de Roma, de que permita desembarcar en puertos de la isla a los centenares de migrantes que rescatan los barcos.
El Lifeline rescató a 234 migrantes en aguas frente a Libia, en una de las más recientes operaciones para salvar a personas de las endebles embarcaciones usadas por los contrabandistas en el Mediterráneo.
La semana pasada, Malta dio al barco puerto seguro, pero solamente luego que Italia y otros siete países acordaron aceptar a algunos de los migrantes. “Nosotros hicimos lo apropiado”, aseguró el capitán del Lifeline, Claus-Peter Reisch, tras la audiencia.
Reisch, de 57 años, fue acusado de usar el barco en aguas maltesas sin licencia o registro apropiados. El cargo incluye ingreso ilegal a aguas de Malta. La Corte fijó una fianza de 11 mil 638 dólares y ordenó al capitán que entregara su pasaporte y se reportara semanalmente a la policía.
Centenares de miles de inmigrantes llegaron a Italia en años recientes tras ser rescatados en alta mar y el nuevo gobierno busca prevenir que siga sucediendo.