A causa de las fuertes lluvias provocadas por los huracanes del año pasado, seguidas de una prolongada sequía, un aumento en el consumo local y la disminución de la cantidad de granjeros que cultivan mariguana han provocado la escasez de la droga natural en el mercado jamaiquino.
Cuestión que se agravó debido a los toques de queda impuestos a la isla para evitar la propagación del COVID-19, ya que con estos, los campesinos se vieron imposibilitados para atender sus cultivos de mariguana en las noches, lo cual, provocó su deterioro.
Por otra parte, hay activistas que afirman que la pandemia por COVID-19, combinada con el levantamiento de muchas restricciones a la mariguana, trajo consigo el aumento el consumo local, lo cual a su vez, contribuyó a la escasez, por mucho que la pandemia haya frenado la llegada de extranjeros atraídos por la mariguana.
Pat Burke, director ejecutivo de la Asociación de Campesinos y Productores de Ganja, dijo en una entrevista telefónica que la gente no teme ir presa en vista de que el gobierno permite la posesión de pequeñas cantidades de mariguana.
Burke agregó que la disminución en la producción de la mariguana, también se debió a que algunos agricultores dejaron de cultivar mariguana, frustrados porque no pudieron satisfacer los requisitos del mercado legal.
“El año pasado fue el peor. Nunca perdimos tanto”, señaló Triston Thompson, ejecutivo de Tacaya, consultora del naciente sector regulado del cannabis. Y agregó: “A veces causa gracia el hecho de que escasee el cannabis en Jamaica”.
