En la lucha por contener el avance de contagios ante un repunte de casos por Covid-19, Alemania analiza imponer restricciones a lugares cerrados a quienes no se hayan puesto la vacuna.
La medida convirtió al país germano en el nuevo foco de debate en Europa —Francia e Italia anunciaron que solicitarán un certificado de vacunación para acceder a ciertas actividades—, ante lo que partidos políticos consideran un extremismo
De acuerdo con Helge Braun, jefe del gabinete de Angela Merkel, si las tasas de contagio continúan en aumento, los no vacunados deberán reducir sus contactos y no podrán ingresar a restaruantes o cines aunque presenten una prueba negativa de PCR.
“La visita a lugares como restaurantes, cines y estadios ya no sería posible ni siquiera para las personas no vacunadas que se hayan sometido a pruebas (de Covid), porque el riesgo es demasiado alto”, dijo.
Medidas en otros países
Normas avaladas han generado polémica.
Braun aseguró que el ritmo de contagios se está incrementando por semana y teme que la incidencia pueda llevar a cien mil nuevos casos diarios para septiembre, por lo que expresó su simpatía al uso del cubrebocas obligatorio durante las clases en escuelas, transporte público y espacios cerrados.
De acuerdo con datos del Instituto Robert Koch (RKI) de virología la incidencia por semana de contagios ha ido aumentando, pues mientras al 6 de julio se registraban 4.9 contagios por cien mil habitantes, para la semana anterior ya eran 13.8 por cada cien mil. Ante las cifras, el jefe del gabinete alemán hizo un llamado al sector salud, padres de familia y personal docente para inmunizarse.
Sin embargo, los partidos Liberal (FDP), Socialdemócrata (SPD) e incluso la Unión Cristianodemócrata (CDU) al que pertence Merkel, aseguran que en un estado liberal no puede haber derechos segregados.
“Con amenazas no cambiaremos la actitud de alguna gente ante las vacunas. Además, para darle un trato desigual a vacunados y personas con test negativo existen serios impedimentos constitucionales”, señaló Rolf Müntzenich, presidente del SPD.
A su vez, Wolfgang Kubicki, vicepresidente del FDP sostuvo que lo que se propone es una disimulada manera de obligar a la gente a vacunarse.
“Crear derechos fundamentales para personas de primera y de segunda clase es inconstitucional”, advirtió.
Dosis obligada a personal salud. Alemania no es la primera nación en Europa en emitir este planteamiento. En Francia, la Cámara Alta, de mayoría conservadora, aprobó ayer un proyecto de ley que obliga a trabajadores de la salud a ponerse el biológico.
Lo medida se suma a la propuesta de Emmanuel Macron para exigir un pase sanitario para acceder a eventos culturales, deportivos, museos, teatros, bares o restaurantes; el certificado estaría vigente sólo hasta el 31 de octubre, fecha en que está previsto termine el estado de alarma.