Pese a la declaración de “conflicto armado interno” y la designación de cárteles como terroristas, es poco probable una militarización en Ecuador por la estrategia para recuperar el control de la seguridad.
A 15 días de que el presidente Daniel Noboa impusiera su primer régimen de excepción, el internacionalista e historiador Rafael Rojas Gutiérrez consideró que la respuesta evidencia que la crisis alcanzó una “fase superior”, pero no llega a “rango de guerra”. Esto pese a que en unos seis meses Quito vivió dos magnicidios, del fiscal César Suárez, la semana pasada, y del aspirante presidencial Fernando Villavicencio, en agosto del 2023.
En entrevista con La Razón el investigador del Colegio de México (Colmex) explicó que es necesario identificar “qué capacidad de respuesta tienen esos cárteles para desafiar al Estado y al ejército”. Y dijo que ese fenómeno transnacional ya pegó a varios en América Latina.
Abundó que Colombia y México lo vivieron al encarar a los cárteles de Cali y Medellín en los 80 y 90 y la guerra al narco de Felipe Calderón, respectivamente.
Pero a diferencia de éstos, Noboa “parece haber logrado un consenso importante” en Ecuador. Ahí fue respaldado por el Congreso, correístas y hasta la derecha de su antecesor Guillermo Lasso.
Tema en el que resalta que apostó por recuperar el control y endurecer las cárceles ante la fuga de los capos, Adolfo Macías, Fito, de Los Choneros, y Fabricio Colón, de Los Lobos, y la violencia que atribuyó a 22 bandas del narco.
Al respecto, Rojas Gutiérrez precisó que ante el desbordamiento desde gestiones pasadas el reto del Ejecutivo es apuntalar su estrategia. Para ello, dijo, se requiere un amplio paquete de políticas como combatir las causas estructurales de inseguridad y acciones más allá del esquema de gobernanza, lo que recuerda que en dos semanas suman dos mil 578 arrestos en el país, decenas de allanamientos y constantes inspecciones a penales, según datos de la Policía Nacional.
Tema en el que el empresario Noboa ya dio los primeros pasos con su reforma carcelaria, que fue comparada con el llamado modelo Bukele.
Sin embargo, el internacionalista sostuvo que hay claras diferencias, pues el presidente de El Salvador optó por el autoritarismo y cruzó límites en materia de derechos humanos, mientras que en Ecuador hubo colaboración casi unánime, misma que sería “inconcebible en el caso salvadoreño”.
Y admitió que es inquietante que ese modelo tenga seguidores, pues son varias voces las que llaman a replicarlo en América Latina, mientras en Ecuador siguen los hechos violentos.
Ayer las Fuerzas Armadas detuvieron a 40 criminales que intentaron tomar un hospital en Yaguachi, para proteger a su líder luego de que fuera herido en un enfrentamiento y quien finalmente murió, aunque no fue identificado. Además, el Gobierno resaltó una reducción de homicidios al registrar sólo 40 en dos meses.