Ante el incesante asedio de migrantes haitianos en la frontera, el gobierno de Texas reforzó la seguridad con un “muro de acero” kilométrico, al advertir que no permitirán que pase otro ilegal o de lo contrario serán esposados y llevados a prisión.
El gobernador Greg Abbott, quien anunció que replicaría la estrategia del expresidente Donald Trump para levantar su muro, indicó que ante condiciones sin precedentes en la región deben responder con medidas severas y por ello, sostuvo, “creamos un muro de acero”.
El republicano confirmó el traslado de cientos de autos del Departamento de Seguridad Pública estatal a Río Grande para retomar el control migratorio, luego de insistir que no tiene respaldo federal para detener a decenas de ilegales.
Horas más tarde, circularon las imágenes de la estrategia frontal en las que se observa una fila kilométrica de patrullas y vehículos de seguridad alineados frente a una presa para parar a quien intente evadir los controles de seguridad y amagó con esposar a quien intente.
Y compartió algunas fotografías del respaldo de la Guardia Nacional, al señalar que la vigilancia llegó para obstaculizar a los extranjeros indocumentados y mantener seguros a los texanos.
También relató a Fox News que tuvo que ser el estado el que tomara la iniciativa en la frontera, pues considera que no ha sido suficiente el plan del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) y reiteró que la apertura de Biden a este sector, al que tachó también de criminales, ha llevado al caos al no reforzar las políticas en la materia, pues éste no tiene idea de cómo enfrentar este reto que no sólo es un asunto migratorio sino de contrabando de personas, drogas y hasta armas.
El mandatario texano aseveró que está listo para tomar acciones necesarias para frenar los cruces irregulares, que amenazan con nuevos récords luego de que la gestión de Biden registrara por primera vez, desde el inicio de su gestión, una ligera disminución de arrestos de indocumentados en agosto pasado, al pasar tan sólo en un mes de 213 mil a 208 mil.
Incluso, comentó que su gestión continuará aumentando los recursos estatales para asegurar la zona y abordar el desafío que, insistió, es culpa de Biden. Previamente, el republicano afín a Trump refirió que la entidad cuenta con presupuesto suficiente para inyectar hasta dos mil millones de dólares a su estrategia antimigrante.
Mientras que autoridades migratorias resaltaron que después de alcanzar cifras de hasta 15 mil personas en campamentos instalados bajo el puente internacional de Del Río el fin de semana, ayer se reportó una reducción al contabilizar hasta ocho mil individuos en la zona, lo que estaría relacionado con los traslados para agilizar los procesos a zonas como El Paso, Laredo y Valle del Río Grande, en Texas, así como hacia Tucson, Arizona.
Con esta medida, el gobierno texano da un nuevo golpe a la migración ilegal y toma su propio rumbo, separado de Seguridad Nacional, luego de que el titular del área, Alejandro Mayorkas, confirmó en días pasados el cierre en esta zona, advirtiendo a los indocumentados que no es momento ni la manera de viajar a EU y envió a policías a caballo a parar a estos grupos extranjeros, hecho por el que los agentes de la Patrulla Fronteriza están en la mira, luego de que se revelaran abusos y golpes con fuetes a quienes cruzan el río en busca de reencontrarse con sus familiares que sí lograron atravesar de Ciudad Acuña a Texas; aunque en días recientes se reportó una menor presencia de agentes montados, presuntamente como parte de las indagatorias.
En este escenario crítico, se reveló que a algunos haitianos se les brindó la oportunidad de solicitar asilo. Según fuentes gubernamentales, decenas de caribeños fueron liberados sin precisar la cantidad, sólo advirtiendo que se trata de un grupo “a una escala muy muy grande”.
Con lo que atenuaría la presión luego de que legisladores y organizaciones como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) demandaran poner fin a las expulsiones masivas, con las que les niegan la oportunidad de cambiar su vida a quienes huyen de la violencia y la pobreza.
También se detalló que los beneficiados tienen un plazo de 60 días para obtener respuesta; sin embargo, unos sectores temen que sólo sea para reducir la oleada y mantener las repatriaciones que comenzaron el fin de semana con al menos tres vuelos, como parte de la negociación entre el secretario de Estado de EU, Antony Blinken, y el primer ministro haitiano, Ariel Henry.
- El dato: Algunos de los ciudadanos deportados el pasado 21 de septiembre intentaron evadir a la seguridad estadounidense y abordar de nueva cuenta el vuelo que los regresó a Puerto Príncipe.