Tres motines simultáneos en igual número de prisiones de Ecuador dejaron un saldo de 75 reos muertos y se convierte en una de los peores tragedias en prisión en América Latina de la última década, después de las registradas en Honduras y Brasil en 2012 y 2017, respectivamente.
Horas después de los múltiples ataques en Guayaquil, Azuay y Cotopaxi, el presidente Lenín Moreno calificó la violencia de “acción concertada de bandas criminales” y el titular del Servicio de Rehabilitación Social (Snai), Edmundo Moncayo, confirmó el deceso de 62 reos en una conferencia de prensa luego del ingreso de las fuerzas policiales para reforzar la seguridad y controlar la situación, aunque inicialmente la Policía de Ecuador reportó al menos 50 decesos por lo que envió 800 agentes para resguardar las zonas en conflicto.
De estos fallecimientos la mayoría ocurrió en El Turi, Azuay, que reportó 33 reos caídos; 21 fueron en Guayaquil y ocho en Cotopaxi, instalaciones que se encuentran a distancias de 200 y hasta 400 kilómetros.
Presuntamente, los amotinamientos ocurrieron luego de que dos grupos se enfrentaran por la pugna para asumir el control de dichos centros penitenciarios y hasta planearon asesinar a líderes de organizaciones rivales.
Además, un grupo de internos aprovechó el momento en que los uniformados se retiraban para reactivar los motines en al menos dos prisiones y en las nuevas revueltas hubo otras trece personas privadas de la libertad fallecidas, de acuerdo con el último conteo hasta el cierre de esta edición.
Mientras que efectivos militares aguardaban a las afueras para reforzar la seguridad de estos centros, luego de los actos violentos que presuntamente se desataron por la revisión de celdas en las que hallaron decenas de armas punzocortantes como machetes, cuchillos, pistolas y celulares, de acuerdo con la Fiscalía de Ecuador.
En imágenes compartidas por la dependencia se observan más de 50 armas filosas sobre el piso, al menos dos pistolas y siete teléfonos.
Moncayo insistió que la simultaneidad de los hechos apunta que se trató de actos orquestados con premeditación por delincuentes de alta peligrosidad y recordó que desde el pasado 22 de febrero se registraron incidentes menores en otras prisiones de máxima seguridad, aunque se desconoce si estaban relacionados; además se reporta una veintena de heridos, entre los que destacan al menos dos custodios.
También se informó que estas prisiones concentran casi 70 por ciento de la población carcelaria en Ecuador, entre asesinos, narcotraficantes y acusados por delitos menores. Autoridades advirtieron desde hace unos años el riesgo de hacinamiento en sus instalaciones, pues la población superaba los 38 mil internos cuando están habilitadas sólo para 27 mil.
Según el registro histórico, este incidente se convierte en el tercero con el peor saldo en los últimos años después de las 360 víctimas mortales que dejaron los motines en Honduras y el centenar de muertos en Brasil. Sin embargo, aunque esta violencia es uno de los más grandes, a diferencia de los casos anteriores ocurrió en tres sitios de manera simultánea.
Otros hechos violentos han ocurrido en Brasil y Venezuela, que reportan tres y cuatro en los últimos años, con hasta 70 internos muertos.
