Ante las recientes movilizaciones en su contra, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, admitió que la nación se acerca a una crisis en rechazo a la reforma judicial.
En medio de los nuevos enfrentamientos entre su ejército con combatientes palestinos tras cumplir 100 días en el poder, señaló ante sus funcionarios y la población que el país enfrenta una situación muy complicada, según declaraciones recogidas por Jerusalem Post de una conversación con líderes en Gaza, zona bombardeada en presunta represalia contra terroristas de Hamas, hecho que agrava las tensiones con la Autoridad Palestina, que ha cuestionado la fuerza desmedida contra sus habitantes.
Además, las multitudinarias movilizaciones como las del pasado 8 de abril muestran el descontento y el golpe político que ha representado el proyecto con el que Bibi pretende arrebatar controles que pertenecen al Poder Judicial, y es que medios locales reportaron una caída en la popularidad del mandatario y su partido Likud, pues su fuerza es superada por grupos del anterior gobierno, sector que ha sido enfático en contra de la reforma antidemocrática, pues la oposición acusa que Netanyahu busca evadir a la justicia, por los juicios en su contra por presunta corrupción, al aceptar regalos de grupos poderosos.
Y ante estos costes, aliados del mandatario ya mueven sus fichas para retrasar más la discusión y votación de la mencionada reforma y hasta negociar en torno a los asentamientos en la Franja de Gaza y otros territorios calientes como Cisjordania, Jerusalén y al norte en los límites con Líbano, desde donde los atacaron la semana pasada.
No obstante, algunos que siguen de su lado se lanzaron contra las Fuerzas Armadas al acusar que son las responsables de la baja popularidad del mandatario al rebelarse, mientras disidentes siguen llenando avenidas y plazas contra el premier tras la muerte de dos extrajeras.
Según integrantes del gabinete los cuerpos de seguridad le han dado la espalda al gobierno lo que pone en riesgo la continuidad de éste, pues en caso de nuevas elecciones perderían la mayoría en el Congreso como hace unos años frente a la mayor alianza que ha existido en el país.
En tanto, otros aliados se lanzaron contra la Policía y sectores de seguridad como el ministro de Patrimonio, Amijai Eliyahu, quien denunció que los uniformados se están rebelando y le quieren dar la espalda al mandatario, pese a que éste garantizó total respaldo; con ello, dice, ponen en peligro la paz de la nación, de acuerdo con Times of Israel.
Dichas declaraciones inquietaron a la oposición, pues consideran que en vez de reforzar las filas del gobierno generan más división con actos “incitantes y escandalosos”, pues culpó directamente a éstos de las recientes movilizaciones, por lo que el exlíder y líder opositor, Yair Lapid, anticipó que Eliyahu en vez de defender al gobierno sólo lo debilitará, pues una acusación como la que hizo puede provocar su destitución inmediata, fracturando al actual gobierno.
