Occidente, en alerta ante chantajes rusos

Ucrania y aliados de Occidente repudiaron la advertencia del presidente ruso, Vladimir Putin, de desplegar armas nucleares tácticas en Bielorrusia, por lo que buscan elevar la seguridad ante ese cambio estratégico y sanciones contra el invasor y el régimen de Alexander Lukashenko.

Ante una posible escalada, Volodimir Zelenski descalificó el nuevo chantaje de Moscú al acusar que agita la bandera nuclear para provocar, pues sabe que sus tropas pierden fuerza, por lo que alista otro reclutamiento masivo; no obstante, gobiernos ven una amenaza mayor, pues Europa y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se declaran en alerta en favor de la seguridad.

Un día después de que Putin anticipara este traslado al justificar que Estados Unidos fue el primero en hacerlo y que Kiev tiene misiles con uranio, la alianza transatlántica condenó el amago al denunciar que el invasor se inclina cada vez más por estrategias peligrosas, pero se dijo lista para responder.

La vocera del sector, Oana Lungescu, sostuvo que Rusia intenta tergiversar el escenario para mostrar a sus rivales como los agresores, mientras éstos ratificaron su compromiso para defender Ucrania, según Reuters, pues ese régimen no desiste de apropiarse de sus tierras y está por cumplir 400 días de bombardeos contra posiciones estratégicas, infraestructura energética y zonas civiles.

En tanto, la OTAN indicó que Putin persiste en violar el control mundial contra este tipo de armamento, pues a más de un mes de suspender el tratado New START con Estados Unidos prevé transportar bombas de hasta 50 kilotones y un alcance de 500 kilómetros, consideradas las de mayor utilidad en el campo de batalla por su impacto y contaminación radiactiva, como en la Guerra Fría, de las que regímenes como China, Corea del Norte e Israel aún cuentan con arsenales.

En esa tónica se pronunció el jefe de Política Exterior del bloque de 27, Josep Borrell, al cuestionar la amenaza “irresponsable” contra la seguridad mundial a unos días de que Moscú insistiera que desea la paz, como lo ratificó en la reciente visita de Xi Jinping, pues los aliados regionales consideran que sólo causa más tensiones y restricciones económicas.

Y se lanzó contra Minsk al advertir que ésta tiene el poder de frenar al invasor e impedir que lleve armamento a su territorio sólo para aumentar el terror contra la resistencia, de lo contrario enfrentará sanciones, pues no descartan actuar.

Al respecto, Francia repudió el amago de desestabilización y solicitó al Kremlin demostrar “la responsabilidad de una potencia nuclear”.

Sin embargo, Inteligencia de EU y Gran Bretaña recalcaron que no hay un riesgo inminente; el primero apuntó que no hay evidencia de que ya mueva dichas municiones, mientras que la región europea alertó que pareciera que Rusia cambia de la ofensiva a la defensiva, debido a las bajas sufridas en Bajmut y el revés por el que abandonó Jerson, pero podría lanzar nuevas ofensivas, pues recibió más drones de Irán, aunque esa región lo niegue.

En tanto, Zelenski demandó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para poner un alto al chantaje, pues calificó ese amago de otra escalada y violación al Tratado de no Proliferación de armas nucleares con lo que “socava el sistema de seguridad internacional”.

Y el Ministerio de Exteriores ucraniano solicitó a Bielorrusia evitar que Putin instale sus armas o se desatarán “consecuencias catastróficas” y pugnó para elevar la presión sobre el gobierno de Lukashenko, al apuntar directamente a aliados como EU, Francia y GB.

Sin embargo, Rusia no respondió, pero acusó al rival de atacarlo, pues informes de locales dan cuenta de un supuesto bombardeo en su territorio, pero evitaron hablar del ataque con misiles sobre Kramatorsk, en el Donbás.