Ante el inminente envío de armas a Ucrania, el Kremlin advirtió a naciones de Occidente que sus acciones detonarán una escalada, incluso nuclear, pero no las intimidó, pues se comprometieron a dotar de tanques, misiles y equipo necesario a las fuerzas de Volodimir Zelenski.
En medio de nuevos acercamientos con motivo del Foro Económico de Davos, casi una decena de gobiernos que forman parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) apuntó por engrosar el arsenal de la nación invadida, a través del denominado Compromiso de Tallin.
Coincidieron en que la resistencia requiere de más apoyo para responder a la intensificación de ataques rusos y garantizar su seguridad internacional. Y Gran Bretaña, Dinamarca, Suecia, entre otros, ratificaron la entrega de misiles, obuses y demás equipo para su defensa, mientras que otros, como Alemania, mantienen dudas sobre qué tipo de equipo dar, pues líderes admiten que los rusos siguen superando ampliamente a los de Ucrania.
Sin embargo, Zelenski no quita la mira de los tanques Leopard 2 —fabricados desde la Guerra Fría por Alemania—, al anticipar a Rusia que no tendrán más avances en su territorio, pese a las fuertes disputas en Bajmut y Soledar.
Reconocemos que equipar a Ucrania para expulsar a Rusia de su territorio es tan importante como equiparlos para defender lo que ya tienen...Gobiernos aliados, Comunicado
Y aseveró al gobierno de Olaf Scholz que no deberían retrasar esta estrategia, cuando el único objetivo es proteger a civiles y reforzar la seguridad global, al precisar que del futuro de Ucrania depende el del mundo, con lo que aumenta la presión sobre éste y su nuevo ministro, Boris Pistorius, para que concedan el aval para que otras naciones los transfieran. Empuje al que se unió Lituania al precisar que dicho respaldo es seguro, mientras que Polonia, que sólo espera el sí, dijo que podría dotarlos incluso sin permiso, ante los que Alemania condicionó la ayuda si Estados Unidos también entrega equipo especial.
Postura que respaldó el gabinete en Kiev, pues su asesor, Mijailo Podoliak, sostuvo tras una de las peores semanas para la región por las tragedias de Dnipro y de Brovary que este armamento “es la clave para terminar la guerra de manera adecuada”. Insistió que el único final seguro para el planeta es la derrota del invasor, lo que usó como motivación para redoblar el apoyo.
Sin embargo, entre los dudosos crece el temor de que la situación escale, no hacia otros territorios sino contra Ucrania, con ataques cada vez más letales.
En tanto, Moscú alertó sobre pasos peligrosos en torno a las entregas indiscriminadas, pues refirió que éstas suponen un riesgo para su población.
Dmitri Medvedev, exmandatario y vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, fue más enérgico contra Occidente al advertir que esa reacción prácticamente equivale a un estallido nuclear. “La derrota de una potencia nuclear en una guerra convencional puede desencadenar una guerra nuclear”, recalcó al justificar que ésta es prácticamente la única opción ante las agresiones directas, según una publicación en Telegram.
Por separado, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, dijo que no descansarán hasta que Occidente rebaje su postura cada vez más directa, pues dijo que éstos deben mantenerse al margen.
Mientras que el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó de “extremadamente peligrosa” la intención de entregar todo tipo de armamento y ayuda a Ucrania, hecho que sostuvo, según la agencia Interfax, sólo agravará las
disputas en torno a la seguridad mundial, sin hacer alusión a posibles represalias contra la nación a la que ya le arrebataron cuatro territorios desde que comenzó la guerra.