Por tercera jornada consecutiva, Rusia bombardeó ayer las ciudades del sur de Ucrania con drones y misiles, manteniendo en su mira al puerto de Odesa, donde los ataques cobraron la vida de al menos dos personas. Mientras que, en Mykolaiv, una ciudad cercana al Mar Negro, al menos 19 personas resultaron heridas, incluido un niño de nueve años, de acuerdo con las autoridades ucranianas.
En este contexto, Estados Unidos confirmó que las Fuerzas Armadas de Ucrania ya han usado en el campo de batalla las polémicas bombas de racimo suministradas a su aliado a inicios de este mes, como parte de un nuevo plan de seguridad por 800 millones de dólares.
El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, reconoció que ya han recibido algunos comentarios iniciales de Ucrania “y las están usando con bastante eficacia”. Las municiones debutaron precisamente cuando los misiles rusos bombardearon la región portuaria de Odesa.
Además de las posiciones de primera línea en el sureste de Ucrania, también se espera que las bombas de racimo se utilicen cerca de la ciudad de Bakhmut, controlada por Rusia, donde se lleva a cabo la batalla más larga y sangrienta de la guerra.
Un funcionario ucraniano que pidió el anonimato declaró a The Washington Post que las bombas se dispararon contra posiciones rusas para romper las trincheras.
Kiev se comprometió con Washington de usar las bombas de racimo únicamente contra posiciones rusas, nunca en zonas con población civil. Sin embargo, el Kremlin ha manifestado que desconfía de ello y acusó a Estados Unidos de cometer un crimen de guerra.
Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso expuso en un comunicado que apuntó a “talleres de producción y sitios de almacenamiento para botes no tripulados” en Odesa y Chornomorsk. En el área de Mykolaiv, el ejército ruso afirmó haber destruido las instalaciones de infraestructura de combustible y los depósitos de municiones de Ucrania.
Los ataques de Moscú en el Mar Negro están golpeando puertos que contienen más de un millón de toneladas de alimentos, informó Yevhenii Tsymbauliuk, representante de Kiev en el Consejo Permanente de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, durante una reunión en Viena.
Asimismo, hizo un llamado a la comunidad internacional para garantizar que el grano pueda exportarse “para proteger a las poblaciones más vulnerables del mundo” y añadió que salvar los envíos de cereales de Ucrania “garantizaría que las tácticas criminales de Rusia de chantaje alimentario fracasen”.
Mientras tanto, los ministros de Relaciones Exteriores de Ucrania y Pakistán pidieron que se restablezca la Iniciativa de Granos del Mar Negro para garantizar la seguridad alimentaria mundial.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, y su homólogo pakistaní, Bilawal Bhutto Zardari, hicieron la demanda en una conferencia de prensa celebrada en el país asiático.