El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, adelantó que solicitará la captura del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, por el “baño de sangre” por el que suman 17 muertos tras la elección, aunque Human Rights Watch (HRW) contabiliza hasta 20.
“Es el momento de presentar cargos de imputación”, sostuvo en la sesión extraordinaria en la que se votaría un llamado al régimen a transparentar las actas de la supuesta reelección chavista, aunque tal postura no prosperó al quedarse a un sufragio con sólo 17 países de 34 a favor.
Al concluir la reunión convocada por 12 naciones para responder al “inverosímil” resultado del pasado 28 de julio, Almagro sostuvo que “es hora de la justicia” en referencia a los amagos del mandatario de que habría un “baño de sangre”, pues éste actuó con premeditación, alevosía y brutalidad contra el pueblo que denunció un fraude.
Muestra de ese escenario es que Caracas desplegó a sus fuerzas contra supuestos “comanditos” disidentes que desconocieron esa victoria en las urnas y oculta desde hace tres días actas electorales, mientras la oposición reveló información que comprueba que su candidato, Edmundo González, venció con más de 30 puntos de ventaja al heredero de Hugo Chávez.
Al respecto, la directora de HRW para las Américas, Juanita Goebertus, reveló a Efecto Cocuyo que tiene información “creíble” de que hay 20 fallecidos por las protestas masivas, casi el doble de las reportadas hasta ayer por Foro Penal, mientras que suman mil 072 detenidos, ante advertencias de un riesgo de escalada, pues la Organización de las Naciones Unidas (ONU) denunció que se reactivó “la maquinaria represiva”.
La postura frontal que la OEA llevará ante la Corte Penal Internacional (CPI) se da en medio de una fuerte presión para exigir que Venezuela revele pruebas que validen el supuesto tercer mandato y permita una verificación de éstas, pues sus datos contrastan con lo publicado en Internet por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD).
Lamentablemente, horas antes del pronunciamiento de Almagro, la división en la OEA ganó, pues no hubo consenso para aprobar la resolución que obligaría al órgano electoral chavista a entregar dicha evidencia, pues 11 países se abstuvieron y cinco ni siquiera acudieron.
Pese a que un día antes Brasil y Colombia confrontaron a Nicolás Maduro y hasta su homólogo Gustavo Petro admitió “graves dudas” sobre los comicios que polarizan más al país, ayer éstas evitaron una postura crítica en favor del escrutinio ante la diferencia abismal de cifras entre el chavismo y la oposición, frente al atropello político, con muertos, arrestos, secuestros y desapariciones forzadas, según Machado.
En tanto, Caracas evadió la cita y tampoco hubo presencia de México, Dominica, San Vicente y Trinidad y Tobago. Acto que reprocharon otros gobiernos al denunciar que el silencio es “complicidad” con un político que se aferra al poder.
Perú fue duro al encarar a éstos y sentenciar “o se está con la Carta (de la OEA) o con la dictadura”, mientras que Panamá abogó por parar a una pandilla “que se quiere eternizar en el poder”.
Declaraciones que agradeció María Corina como la mayor muestra de que el mundo vigila a Venezuela, al tiempo que Argentina criticó que ni siquiera se permite la salida de los diplomáticos expulsados, quienes buscan viajar junto a venezolanos asilados en su embajada, en medio de una escalada por la que ya suspendieron vuelos con países con los que rompió lazos.
Pero siguen las protestas, en menor medida, presuntamente por la persecución, pues el fiscal Tarek William Saab amagó con cargos de 30 años de prisión contra acusados de terrorismo para intimidarlos.
En un intento de rebajar la presión Maduro se dijo abierto a revelar 100 por ciento de las actas a tres días de los comicios al solicitar a su Tribunal Supremo que comparta esos resultados y dirimir “lo que haya que aclarar”, acto que generó más dudas, pues ese sector lo controla el régimen.
Y éste mantiene las críticas contra Machado al acusarla otra vez del supuesto hackeo al sistema electoral.
Por ello, más sectores insisten en revelar pruebas que legitimen tal resultado, como el G-7, la Unión Europea y el Centro Carter, mismo que puso en duda la legitimidad del resultado. Hecho que reforzó EU, pues el vocero del Consejo de Seguridad, John Kirby, advirtió que se agota la paciencia al anticipar sanciones y el diplomático Brian Nichols acusó que Caracas sólo gana tiempo para falsificar datos.
Elección en Venezuela confronta a bancadas
Legisladores en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión se trenzaron en un ríspido debate sobre los resultados electorales en Venezuela, que otorgan oficialmente la reelección al presidente Nicolás Maduro, en el que diputados y senadores se confrontaron por la posición del Gobierno mexicano sobre el asunto.
Durante la sesión de este miércoles, en la sede de la Cámara de Senadores, el bloque de la Cuarta Transformación defendió la postura del Gobierno federal frente a los comicios venezolanos, luego de que la bancada del PAN presentara un punto de acuerdo para demandar un pronunciamiento en torno a la transparencia de dicho ejercicio.
Kenia López Rabadán, senadora panista, quien presentó en el pleno el punto de acuerdo, instó al Presidente Andrés Manuel López Obrador a “demostrar de qué lado de la historia quiere estar. Si quiere estar del lado de los autoritarios, si quiere estar del lado de los delincuentes, si quiere estar del lado de los populistas, si quiere estar del lado de quienes son capaces incluso de encarcelar a sus opositores, o si quiere estar del lado democrático. Es muy fácil”.
Lamentó que el Presidente de México “esté en esta tibieza vergonzosa”, pues demuestra, dijo, “lo que hemos dicho durante muchos años: lo que quiere hacer el régimen de Morena en México es seguir los pasos del dictador de Venezuela”. Lamentó que el Gobierno mexicano no se haya pronunciado a favor de María Corina Machado y del “presidente electo” Edmundo González.
En respuesta, el senador morenista Navor Rojas Mancera pidió alejarse de las confusiones, pues “el Gobierno de México, nuestro Presidente y nuestra Presidenta electa (Claudia Sheinbaum), sí han dado un punto de vista con respecto a las elecciones”.
Aseguró que ha habido respeto “y han dicho que hasta que no haya un resultado, hasta que no se haga el conteo de las actas, el Gobierno de México va a dar un posicionamiento”.
Sin embargo, Claudia Ruiz Massieu, senadora de Movimiento Ciudadano, señaló que “el oficialismo pretende calificar de intervencionismo el eco internacional de una legítima exigencia social, de que se garantice certidumbre y la transparencia de los comicios celebrados en Venezuela.
“El respaldo a un régimen abiertamente autoritario es vergonzoso. El silencio y la indiferencia son francamente inadmisibles”, agregó.
Mientras tanto, la diputada priista Sue Ellen Bernal Bolnik expuso que en el tricolor considera que “los sistemas electorales que se dicen democráticos, deben garantizar las condiciones necesarias para que se desarrollen elecciones justas, en donde se refleje con claridad y transparencia la voluntad del pueblo”.
Y, una vez más, los aliados de Morena salieron en defensa, pues Gerardo Fernández Noroña, diputado del Partido del Trabajo (PT), ironizó que es “un milagro de la Cuarta Transformación (pues) el PRI, que por décadas hizo fraude electoral, ahora es demócrata; qué dulzura, sólo les faltó decir que dice Alejandro Moreno que está en contra de la reelección”.
“Les voy a decir cuál es el tema en Venezuela: 303.8 billones de barriles de petróleo de reservas, ese es el tema. Les pese lo que les pese, el pueblo de Venezuela resolvió lo que quiere para su presente y para su destino, y lo que más les pesa todavía: en México manda el pueblo de México, y nadie más”, agregó el legislador federal.