Estudios científicos realizados en Washington y Hong Kong concluyeron que la variante Ómicron de COVID-19, no ataca directamente los pulmones de los pacientes que resultan positivos a ella.
La información se obtuvo a través de experimentos que se realizaron en animales de laboratorio y tejidos humanos, con la finalidad de conocer la peligrosidad de la variante sudafricana de COVID-19, misma que predomina en este momento en Estados Unidos y en países de Europa.
Los investigadores publicaron el miércoles un informe en el que mencionaron que los ratones en los que indujeron Ómicron, tenían un daño leve en sus pulmones, por lo cual consideraron que los animales tenían bajas posibilidades de morir.
Michael Diamond, virólogo de la Universidad de Washington y coautor del estudio, expresó que los roedores sí sufrieron daños "enérgicos" frente a otras variantes de COVID-19.
Mientras tanto, en la Universidad de Hong Kong, se realizaron experimentos en tejidos extraídos de las vías respiratorias humanas, y se encontró que Ómicron era menos fuerte que Delta, sin embargo, tenía mayor capacidad de replicación que otras variantes.
Los estudios se realizaron para darle fuerza a la hipótesis sobre que las personas positivas a Ómicron, son menos propensas a ser hospitalizadas.
KEFS