El jefe de la Organización Mundial de la Salud dijo el sábado que había discutido con el primer ministro chino, Li Keqiang, la necesidad de una colaboración más estrecha sobre los orígenes de la COVID-19, un tema polémico que ha tensado las relaciones de Pekín con el resto del mundo.
Tedros Adhanom Ghebreyesus ha presionado previamente a China para que sea más comunicativa con datos e información relacionada con el origen del virus.
"Encantado de reunirme con el primer ministro Li Keqiang", tuiteó Tedros. "Discutimos sobre COVID-19 y la necesidad de un esfuerzo agresivo en VaccinEquity este año para vacunar al 70% de todas las poblaciones", dijo, refiriéndose a la campaña de la OMS para el acceso justo a las vacunas en todo el mundo.
"También discutimos la necesidad de una colaboración más sólida sobre los orígenes del virus COVID-19, basada en la ciencia y la evidencia", agregó.
El año pasado, la OMS estableció el Grupo Asesor Científico sobre los Orígenes de Nuevos Patógenos (SAGO) y pidió a China que proporcione datos sin procesar para ayudar a cualquier nueva investigación. China se negó, citando las reglas de privacidad del paciente.
China siempre ha negado las acusaciones de que el virus se filtró de un laboratorio especializado en la ciudad de Wuhan, donde se identificó por primera vez el COVID-19 a fines de 2019.
Un estudio conjunto de China y la OMS publicado el año pasado casi descartó la teoría de que el COVID-19 se originó en un laboratorio, diciendo que la hipótesis más probable era que infectó a los humanos de forma natural, probablemente a través del comercio de vida silvestre.
En noviembre pasado, China dijo que un informe de inteligencia estadounidense desclasificado que decía que era plausible que la pandemia se originara en un laboratorio no era científico ni tenía credibilidad.
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