La Organización de las Naciones Unidas (ONU) endureció su postura contra Irán al expulsar al país de la Comisión de la Mujer, debido a los reiterados ataques de ese régimen contra quienes exigen más derechos para ellas ante el sometimiento islámico histórico, luego del crimen de Mahsa Amini.
Con 29 votos a favor integrantes del Comité Económico y Social del organismo echaron a la representación de Ebrahim Raisi, a propuesta de Estados Unidos, luego de que la diplomática de esa nación, Linda Thomas-Greenfield, calificó de “una fea mancha a la credibilidad” la permanencia de un régimen que ataca constantemente a las mujeres.
Y en solidaridad con cientos de activistas, disidentes y organizaciones, que suman casi tres meses de movilizaciones para poner un alto a la represión y reglas extremas de vestimenta, decretaron que la región asiática no debe continuar en un grupo que, contrario a ellos, busca empoderar a las mujeres.
Pues reconocieron que la población es la que lucha día a día por los derechos que Teherán se resiste a reconocer, por una religión y política que ignora la igualdad de género.
Incluso algunos defensores de las movilizaciones en la región musulmana resaltaron que la inclusión de Irán a tal sector no fue más que una farsa, pues jamás hubo un interés real de cambiar la situación de las mujeres.
Dicha votación fue calificada como un acto “hostil”, pues el representante iraní, Amir Saied Iravani, recriminó que tal acción venga de Washington, gobierno que ya impuso sanciones en su contra sin generar un cambio en la nación.
Dicha postura fue respaldada por gobiernos aliados como Rusia, China y Nicaragua, mismos que rechazaron los planes de EU, país con el que también tienen diferencias; mientras que 16 más se abstuvieron de pronunciarse en contra del régimen de Raisi, pese a condenas públicas previas contra la represión ejercida desde septiembre pasado contra la población, a la que detiene, condena y hasta ejecuta.
Esta expulsión coincide con la ejecución de un joven de 23 años acusado de asesinar a dos integrantes de la Guardia Revolucionaria durante las protestas, hecho por el que organizaciones civiles y gobiernos alertaron sobre la intensificación de penas contra decenas de manifestantes, al recordar que aún hay más de 18 mil bajo arresto y en espera de juicios por delitos como enemistad con Dios.
Cabe destacar que durante las movilizaciones detonadas por el crimen de
Mahsa Amini a manos de la policía moral los oficiales del régimen atacaron con fuerza excesiva y, en ocasiones, lentamente a las mujeres, según Iran Human Rights, por considerar que su reclamo era un desafío gubernamental y ante la respuestas represiva, las mujeres no desistieron y aumentaron su repudio con actos simbólicos como arrancarse y quemar el hiyab o algún tipo de velo en la vía pública y hasta cortarse el cabello.