El activista opositor venezolano Leopoldo López abandonó la residencia del embajador español en Caracas y se fue de Venezuela después de años de frustrados esfuerzos por derrocar al presidente socialista de la nación sudamericana, dijo su partido el sábado.
La oficina de prensa del líder opositor Juan Guaidó señaló en un comunicado que fue completada “de manera exitosa una operación que logró burlar el aparato de represión de la dictadura para sacar a territorio internacional” a López.
Juan Guaidó señaló que a partir de ahora y en otros espacios López “asumirá e impulsará medidas y acciones necesarias para alcanzar nuestra libertad, sin depender de las restricciones políticas, comunicacionales, legales y diplomáticas que le obligaban su antigua condición” en la sede diplomática española.
Guaidó destacó en su cuenta de Twitter que “la presión interna será reforzada y fortalecida por la labor de quienes nos representan en los distintos espacios internacionales, desplegando su máximo potencial”.
López es el fundador del partido Voluntad Popular, donde milita Guaidó, quien se autoproclamó presidente en 2018 al considerar que la reelección de Maduro en ese mismo año fue fraudulenta.
Más tarde, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, en su cuenta en Twitter, indicó que López abandonó la residencia del embajador en Caracas “fruto de una decisión voluntaria y personal”.
López, poco después sin mencionar su ubicación exacta, afirmó que no fue una decisión fácil dejar el país.
“Venezolanos, esta decisión no ha sido sencilla, pero tengan la seguridad de que cuentan con este servidor para dar la lucha desde cualquier espacio. No descansaremos y seguiremos trabajando día y noche para alcanzar la libertad que nos merecemos todos los venezolanos”, tuiteó López.
“En los próximos días ampliaremos en detalle las acciones que nos proponemos realizar a favor de la libertad de nuestro pueblo”, añadió.
López, un economista y exalcalde opositor que en su momento fue considerado como el más prominente preso político venezolano, se encontraba en la residencia del embajador español desde el fallido golpe de Estado liderado por él en abril de 2019, acompañado de un pequeño grupo de militares. Entonces, López cumplía condena bajo arresto domiciliario desde el 8 de julio de 2017.
El golpe fue fácilmente reprimido y López se refugió en la residencia del embajador teniendo que justificar una vez más sus acciones ante sus aliados y adversarios de Maduro, muchos de los cuales no tenían ni idea del complot.
Su condena de casi 14 años de prisión, fijada en septiembre del 2015 por presuntamente incitar a la violencia, fue condenada por muchos países.
Luego de una marcha opositora el 12 de febrero de 2014, en la que murió el manifestante opositor Bassil Da Costa, de 23 años, y otras dos personas, el presidente Nicolás Maduro responsabilizó a López de esos hechos de violencia y denunció que eran parte de un complot orquestado por Estados Unidos para repetir las protestas antigubernamentales que desembocaron en el golpe de Estado de 2002 que sacó brevemente del poder al ahora fallecido mandatario Hugo Chávez.
Durante los tres años en que López estuvo recluido en la cárcel militar de Ramo Verde, a las afueras de Caracas, su esposa Lilian Tintori denunció supuestas violación de sus derechos, que incluyó largos períodos de aislamientos, la suspensión de visitas de familiares e incluso de sus abogados.
Las principales organizaciones defensoras de los derechos humanos en el mundo, en tanto, consideraron a López el preso político más prominente de América Latina. Desde el expresidente estadounidense Barack Obama hasta su sucesor Donald Trump, un feroz crítico del gobierno venezolano, llegaron a pedir su liberación.
No está claro cómo López abandonó la residencia del embajador, dada la fuerte presencia de agentes del organismo de seguridad del Estado apostados a las afueras de la propiedad.
Los viajes por tierra, por su parte, se han vuelto cada vez más difíciles debido a la escasez generalizada de combustible. Llenar un vehículo con gasolina puede llevar horas, si no días, y los puestos de control policial han proliferado en todo el país.
El abandono de López del país se registra seis semanas antes de los comicios legislativos del 6 de diciembre, cuando Maduro y sus aliados confían que saldrán victoriosos y retomarán el control de la Asamblea Nacional. Guaidó ha prometido boicotear esos comicios.
López se había negado obstinadamente durante mucho tiempo a irse, incluso, cuando su esposa e hijos huyeron a España el año pasado.
“Probablemente es la señal más clara de que el esfuerzo continuo de la oposición para desbancar a Maduro ha fracasado que un líder comprometido con la permanencia en Venezuela como López haya decidido irse finalmente”, dijo Raúl Gallegos, analista en Colombia de la consultora Control Risks.
El dirigente se une a decenas de políticos antigubernamentales que han huido de Venezuela en los últimos años, muchos de los cuales se fueron de forma encubierta para evitar una posible persecución o ser encarcelados.
Su partida también se produce pocos días después de que el embajador de España, Jesús Silva, quien ha sido el decano de la menguante comunidad diplomática de Caracas, fuera llamado a Madrid por el gobierno de izquierda del presidente español Pedro Sánchez después de servir en el cargo durante cuatro años.
Silva, un diplomático de carrera que aún se encuentra en Caracas, fue un firme partidario de López, pero como vestigio de administraciones españolas anteriores que alguna vez fue expulsado por Maduro, fue un interlocutor menos efectivo cuando el gobierno socialista de España tomó el poder con el apoyo del partido izquierdista Podemos, que tiene una historia de estrechos vínculos con el chavismo.