El Papa Francisco llamó a la responsabilidad internacional y espiritual para compartir vacunas “especialmente con los países pobres”.
Durante la homilía por el Domingo de Resurrección, el pontífice reiteró que es necesario un apoyo internacional para que haya un reparto igualitario de dosis contra el COVID-19, como lo ha insistido la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante el acaparamiento de dosis.
Reiteró que estas vacunas son la herramienta esencial para frenar al virus, por lo que es necesario que naciones de bajos recursos también adquieran biológicos para proteger a un mayor número de su población.
Desde la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco pugna por acelerar la vacunación, a más de un año del inicio de la pandemia, y mejorar la ayuda económica para los sectores vulnerables de los más afectados por la pérdida de empleo, que ha elevado la pobreza en familias de naciones pobres, pues no cuentan con “un sustento adecuado”.
Asimismo, rogó por los médicos y enfermeros, quienes, dijo, son los más fatigados por esta pandemia y necesitan consuelo y un mayor sostén.
Pide detener guerras y violencia
El pontífice llamó a los Gobiernos a detener la “escandalosa” violencia que persiste aún en la pandemia.
Señaló que en medio de esta emergencia es necesario detener esta mentalidad de guerra y la carrera armamentista, especialmente por los conflictos que se mantienen en naciones como Myanmar —donde suman 564 muertos desde el golpe de Estado—, Siria, Yemen, Libia y Palestina, entre otras naciones.