En Marsella reza por los que murieron

Papa critica fanatismo contra los migrantes

El pontífice reprocha la indiferencia de los países contra personas en éxodo y llama a socorrerlos; frente a semejante drama humano no sirven las palabras, sino los hechos, asegura

El papa reza frente a un memorial dedicado a los muertos, en Marsella, ayer.
El papa reza frente a un memorial dedicado a los muertos, en Marsella, ayer.Foto: AP
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El papa Francisco arremetió el viernes contra el “fanatismo de la indiferencia” que enfrentan los migrantes que buscan una vida mejor y a "socorrer" a quienes arriesgan su vida en el mar Mediterráneo, en un mensaje que pronunció a su llegada al puerto mediterráneo de Marsella, Francia, en momentos en que una nueva ola de refugiados provenientes de África ha provocado una severa reacción entre algunos de los gobernantes cada vez más antimigrantes de Europa.

"Deben ser socorridas las personas que, al ser abandonadas sobre las olas, corren el riesgo de ahogarse. Es un deber de humanidad, es un deber de civilización", clamó el pontífice argentino.

Al inicio de una breve visita nocturna al puerto francés, Francisco encabezó una oración en silencio en un monumento dedicado a los marinos y migrantes desaparecidos en el mar. Lo acompañaron dirigentes religiosos de Marsella y representantes de organizaciones de rescate de migrantes que son blanco de las crecientes críticas de gobernantes populistas de Europa.

Este hermoso mar se ha convertido en un enorme cementerio. Son nombres y apellidos, son rostros e historias, son vidas rotas y sueños destrozados. Frente a semejante drama no sirven las palabras, sino los hechos

Papa Francisco, jefe del Estado Vaticano

A los pies de la basílica neobizantina de Nuestra Señora de la Guardia, coronada por una imponente estatua de la Virgen con el niño Jesús en brazos, el pontífice depositó flores blancas y amarillas en homenaje a los desaparecidos en el mar. Francisco dijo que muchísimas personas que huyen de la guerra, la pobreza, la miseria y los desastres climáticos nunca alcanzaron la costa.

“Y así este hermoso mar se ha convertido en un enorme cementerio, donde muchos hermanos y hermanas se vieron privados incluso del derecho a tener una tumba. Son nombres y apellidos, son rostros e historias, son vidas rotas y sueños destrozados (...) Frente a semejante drama no sirven las palabras, sino los hechos", subrayó.

A las asociaciones de ayuda a migrantes, el papa les dio las gracias por su trabajo, máxime cuando en ocasiones gobiernos en Europa les impiden zarpar para realizar los rescates, algo que calificó de "gestos de odio".

La visita de Francisco, programada hace meses, tuvo lugar en momentos en que el dilema de los migrantes en Europa vuelve a ocupar titulares de prensa después que la isla italiana de Lampedusa se viera desbordada la semana pasada con la llegada en un solo día de siete mil migrantes, cifra que rebasa a la de la población local.

“La crueldad, la falta de humanismo. Una terrible falta de humanismo”, expresó el jefe del Estado Vaticano, en referencia al drama en Lampedusa cuando se dirigía a Marsella.

"Es muy fuerte el reconocimiento a nuestro trabajo y esperemos que [sus palabras] tengan un impacto y cese al fin la criminalización de nuestra acción", dijo a Fabienne Lassalle, responsable de la organización SOS Méditerrannée.

La ceremonia era el momento más esperado y simbólico de su visita. Junior, un joven migrante de Costa de Marfil, leyó un pasaje sobre el naufragio del apóstol San Pablo en Malta.

Tras citar el mandato del Evangelio de acoger a los extraños, Francisco ha convertido en un mantra su exhorto a los gobiernos para que den la bienvenida, fomenten, protejan e integren a las personas desesperadas que huyen de la guerra, la pobreza y la crisis climática.