Fernando André Sabag y su novia Brenda Uliarte, detenidos por el atentado fallido contra la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, planificaron los hechos del pasado 1 de septiembre, aseguraron autoridades de la nación.
A casi una semana de que el brasileño apuntara contra la mandataria, se reveló que el agresor tuvo la pistola Bersa casi tres meses en su poder antes de presentarse afuera de la casa de la funcionaria acusada de corrupción.
Asimismo, la Justicia argentina apagó los rumores de que el arma asegurada no era la misma al señalar que ésta sí tiene rastros de ADN del acusado, según reveló una fuente a Associated Press, luego de que se retirara el secreto sumario del caso, por ser de interés nacional.
Luego de días de especulaciones, el diario Clarín confirmó que se recuperó más evidencia que sostiene que se trató de un acto premeditado, pues aunque el teléfono del agresor sigue bloqueado, peritos tuvieron acceso a las fotografías guardadas en la tarjeta de memoria SIM.
Gracias a ésta, revisaron imágenes de los únicos implicados, hasta el momento, posando con el arma que supuestamente fue robada a un amigo del primer detenido poco antes de intento de magnicidio. Según las fechas de las imágenes filtradas a medios argentinos, en mayo pasado tanto Sabag como Uliarte se fotografiaron en varias ocasiones con el arma en la mano o entre su ropa.
Ello contradice las declaraciones de la supuesta pareja de quien apuntó al rostro de Fernández de Kirchner, pues ella aseveró que lo conocía de poco tiempo y que no estaba con él al momento del incidente en el que la vicepresidenta resultó ilesa. Y es que secuencias de medios locales confirman que los sospechosos llegaron juntos a la zona donde vive la exmandataria y que al menos se conocen desde mayo pasado, de acuerdo con la evidencia recuperada en el celular que fue reseteado.
Sin embargo, las autoridades siguen las investigaciones para tratar de determinar si hay más personas involucradas.