Dos millones de hogares sin luz, damnificados, inundaciones de 45 centímetros, marejadas catastróficas y fuertes lluvias causó el huracán Ian al tocar tierra en Cayo Costa, Florida, con categoría 4 y amenaza con extender daños dos días más.
Luego de una evacuación preventiva, el presidente Joe Biden advirtió que ya no era seguro salir y lo mejor era resguardarse ante el “peligro real” y horas después el ciclón, uno de los más potentes, impactó el país con ráfagas de 250 kilómetros por hora luego de cruzar el golfo de México desde Cuba, donde dejó dos muertos y ya recuperan la luz, según autoridades de Pinar del Río. Dicho nivel hacía temer que escalara al máximo de daño, según la escala Saffir-Simpson, pues estaba 10 kilómetros por debajo de los fuertes vientos de Michael en 2018.
Y aunque las autoridades temen gran devastación, por los pronósticos climáticos, hasta el cierre de esta edición no se reportan víctimas mortales y el huracán disminuyó a categoría 2.
No obstante, ya hay reportes de personas atrapadas, debido a que el agua se filtró en sus viviendas y no tienen modo de salir, de acuerdo con la Oficina del Sheriff; sin embargo, los cuerpos de rescate admitieron que en algunos puntos es imposible enviar equipo, pues hasta instalaciones de este tipo están anegadas, como el caso de una estación de Bomberos en Naples, pero se distribuyen las labores y la vigilancia para contar con respaldo, hecho sobre el que el gobernador, Ron DeSantis, anticipó que disponían de 50 mil efectivos, entre locales y la Guardia Nacional, y 179 aeronaves.
Además, también hay decenas de personas desaparecidas, entre ellas 20 cubanos, quienes en su intento por huir de la isla por una mejor vida abordaron una embarcación de madera y naufragaron cuando se encontraban cerca de Florida por las marejadas “traicioneras”.
Dicha versión fue confirmada por cuatro sobrevivientes a agentes fronterizos, quienes de inmediato activaron un operativo y rescataron a tres más con síntomas de deshidratación, mientras sigue la búsqueda de otros 20, de acuerdo con datos de la Guardia Costera.
En tanto, el sitio web de Power Outage confirmó que dos millones de hogares permanecen sin suministro eléctrico por el fenómeno que golpeó la infraestructura energética, cifra que representa casi cuatro veces más de los afectados poco antes de que Ian alcanzara territorio estadounidense. Y es que antes de las 14:00 horas ya sumaba medio millón de clientes sin energía.
Así el fenómeno sigue causando daños con efectos catastróficos, marejadas y vientos fuertes, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés), mismos que se reportan en Forts Myers Englewood, Naples, Punta Gorda y Bonita Beach.
Hecho del que medios y ciudadanos dieron cuenta en redes sociales con videos y fotografías de daños a viviendas, vehículos arrastrados y árboles derribados. También destacaron las personas paralizadas por los ventarrones, entre ellos periodistas que seguían reportando la situación en las calles, e imágenes trágicas de cuando el mar succionó el agua de la playa antes de la llegada de Ian al suroeste, dejando visible el fondo de éste.
Tema en el que el gobernador republicano puntualizó que hasta anoche se registraron oleajes de 3.5 metros de altura, por lo que insistió a los que aún tienen posibilidades de salir a acudir a un refugio de inmediato, pues se habilitaron escuelas y otras instalaciones para quienes residen en la calle o en casas rodantes. Y, pese a los temores de que Ian subiera a categoría 5, los pronósticos señalaron que había más probabilidad de que siguiera perdiendo intensidad.
Al respecto, autoridades reiteraron que, aunque Ian bajó su velocidad, no deben confiarse, evitar conducir y hasta recomendaron mantener los toques de queda, porque el riesgo sigue siendo muy alto, pues se esperan precipitaciones de de máximo 60 centímetros y fuertes ráfagas que irán disminuyendo conforme el desastre cruce la península.
Y es que en tan sólo cinco horas los ventarrones cayeron a la mitad, al pasar de vientos de 250 kilómetros por hora a 103 para subir nuevamente a 160, según la actualización climática.
En tanto, en la región de Tampa llaman a no bajar la guardia, pues, aunque bajó de categoría de riesgo, se esperan horas de condiciones adversas. Lo que confirma las declaraciones del gobernador DeSantis, quien adelantó que se esperaban al menos dos días “desagradables”, en conferencia matutina, poco antes del arribo del huracán.