La Fiscalía de Madridsolicitó archivar la investigación en contra de Begoña Gómez, esposa del presidente español Pedro Sánchez, un día después de que éste adelantara una posible renuncia.
Según la autoridad no existen indicios de los supuestos delitos de corrupción o tráfico de influencias, lo que remarca que la acusación del colectivo Manos Limpias se basó sólo en publicaciones periodísticas sin abundar en una investigación separada.
Por ello, el poder promovió de-sestimarla; sin embargo, se reportó que ya habría al menos dos testigos de medios citados a declarar sobre la difusión de información sin verificar, con lo que determinarán si el caso va a juicio o queda cerrado.
Esa sugerencia generó polémica en medio de las acusaciones entre la izquierda y la derecha, pues la segunda acusa que con ello trata de sepultar la imputación para proteger a la primera dama que presuntamente palomeó a empresarios para licitaciones públicas que les dejaron ganancias millonarias.
No obstante, siguen las muestras de apoyo en favor del líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Al respaldo inicial de miembros del gabinete se sumaron movilizaciones encabezadas por figuras como el exmandatario José Luis Rodríguez Zapatero y dirigentes de fuerzas aliadas, como el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y EH Bildu, que denunciaron una campaña de acoso de la derecha y la ultraderecha, lo que recuerda que muchas de las acusaciones de Manos Libres son para atacar a liberales y no han prosperado.
En contraste, el presidente del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, cuestionó la estrategia de Sánchez e insinuó que su decisión de irse es un acto para manipular.
Además, la tensión política dejó al descubierto las divisiones ideológicas que persisten en el país y la fragilidad del panorama político.