Mike Johnson

Con un plan D, Congreso de EU rompe parálisis

Un cuarto aspirante después de Steve Scalise, Jim Jordan y Tom Emmer, el Partido Republicano relevó la presidencia de la Cámara de Representantes en Estados Unidos

Republicanos ovacionan a Mike Johnson, tras ser elegido como líder de la Cámara baja, ayer.
Republicanos ovacionan a Mike Johnson, tras ser elegido como líder de la Cámara baja, ayer. Foto: AP

Hasta su plan D, un cuarto aspirante después de Steve Scalise, Jim Jordan y Tom Emmer, el Partido Republicano relevó la presidencia de la Cámara de Representantes en Estados Unidos.

Fue un fiel aliado del expresidente Donald Trump, Mike Johnson, quien rompió la pelea interna y parálisis que se extendió 22 días, tras el caos desatado por la destitución de Kevin McCarthy, quien evadió al ala radical para cerrar el Gobierno por críticas sobre el presupuesto.

Tras los fracasos previos, de los que sólo uno llegó al pleno, Johnson logró la hazaña al rebasar los pronósticos un día después de que el último nominado abandonara la contienda ante la oposición del otra vez aspirante a la Casa Blanca. Ayer el vicepresidente de la Conferencia conservadora obtuvo tres votos más de los necesarios, al sumar 220, y derrotar al líder demócrata, Hakeem Jeffries, quien se quedó a 11 sufragios, lo que desató una ovación.

De inmediato, luego de tres semanas en vilo, John-son se comprometió a responder a su papel histórico: “Es el momento de actuar y no los defraudaré”. Y sostuvo que la Cámara baja vuelve a funcionar al adelantar que tiene en mente un calendario “ambicioso”, para dejar atrás las disputas.

Poco después consiguió el aval a su primer proyecto para apoyar a Israel, nación que emprendió una guerra contra el grupo terrorista islámico Hamas.

Acto en el que Trump presumió que fue clave para acabar con la división en la bancada conservadora, el mismo día en que fue multado por 10 mil dólares por el juez Arthur Engoron, al romper una restricción de silencio o mordaza.

El antecesor de Joe Biden fue llamado al estrado para responder por ataques al tachar presuntamente de “partidista” a un miembro del equipo del magistrado. El magnate rechazó tal acusación al decir que su crítica ante la prensa no fue contra el secretario del recinto sino contra su exabogado Michael Cohen, por el testimonio que dio en su contra ante

el supuesto fraude en Nueva York. Sin embargo, el juez no lo consideró fuente creíble e impuso la sanción.