El secretario de Estado, Michael R. Pompeo, dijo el sábado que la decisión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU de ordenar un reporte sobre policía y raza en medio de protestas internacionales desatadas por la muerte de George Floyd a manos de la policía en Minneapolis confirma la decisión de la administración Donald Trump de retirarse del máximo organismo de derechos humanos en el 2018.
El consejo acordó el viernes en Ginebra comisionar un reporte sobre racismo sistémico y discriminación contra las personas negras, aunque se abstuvo de ordenar una investigación más específica sobre Estados Unidos. Floyd, un hombre negro, murió esposado a finales de mayo cuando un policía blanco le apoyó una rodilla sobre el cuello durante varios minutos.
En respuesta al anuncio, Pompeo describió al consejo como “un refugio para dictadores y las democracias que los toleran” y dijo que el organismo debería concentrar su atención en otra parte.
“Si el consejo fuese serio sobre la protección de los derechos humanos, existen numerosas necesidades legítimas de su atención, tales como las disparidades raciales sistémicas en lugares como Cuba, China e Irán”, dijo Pompeo en una declaración el sábado.
Familiares de Floyd, familias de otras víctimas de la violencia policial en Estados Unidos y centenares de grupos de activismo pidieron al consejo a abordar el asunto.
El Consejo de Derechos Humanos aprobó una resolución de consenso luego de varios días de debate sobre su redacción luego que países africanos abandonaron su pedido inicial de una comisión de pesquisa, la forma de escrutinio más intrusiva del consejo, centrada más en Estados Unidos.
En lugar de ello, la resolución menciona el racismo histórico en Estados Unidos, pero llama solamente a elaborar un reporte más general a ser redactado por la oficina del jefe de derechos humanos de la ONU y expertos independientes.
El objetivo es “contribuir a la responsabilidad y la reparación para las víctimas” en Estados Unidos y otras partes, dice la resolución.
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